después de ver el primer cuarto del partido entre el Caja Laboral y el Menorca, me pude dar cuenta de que el equipo vitoriano todavía tenía la mente puesta en la derrota en Israel contra el Maccabi y en la responsabilidad que tiene de cara a los próximos partidos en la Euroliga. Vi a un equipo tocado psicológicamente, sobre todo en el primer tiempo, con un gran desorden en su juego, especialmente en situaciones de contraataque y con malos porcentajes en el tiro exterior. La presencia del Menorca en el Buesa Arena no ayudó a olvidar ese momento difícil, ya que es de esos equipos que juegan otra Liga, con jugadores trabajadores, con buena actitud pero faltos de talento; con jugadores con poco nombre, que son desconocidos para la gran mayoría de los aficionados. De esos equipos con limitaciones tácticas para poder cambiar el sentido de un partido, que si dejan de competir podrían perder de más de treinta puntos contra equipos del nivel del Baskonia. Conjuntos con otros objetivos por los que luchar y con poco físico para competir dentro de la pintura contra jugadores de la talla de Barac. Para ellos, enfrentarse al Caja Laboral suponía un gran aliciente, donde tenían más que ganar que perder. Los buenos equipos que podrían ser grandes equipos deben tener tolerancia a las malas rachas, ya que tocan la motivación y la concentración de los jugadores a la hora de jugar (cosa que les sucedió contra el Menorca). También a nivel personal afecta contar poco para el entrenador. Si no que se lo digan a la cara de Nemanja Bjelica al salir en el último cuarto, o a la actitud de Haislip cometiendo cinco faltas en menos de diez minutos de juego. A mi entender, las cuatro derrotas en la Euroliga han sido un castigo demasiado duro y desproporcional al juego desplegado. La pregunta ante esta situación de malos resultados sería si se debe cambiar la estrategia de juego. Ante las malas rachas, los contrarios creen que te pueden ganar porque no transmites la imagen de ganador. No existe temor a tu juego. Te ven más vulnerable. Por eso, el Menorca en el inicio del partido le jugó de tú a tú, hasta que el Baskonia le demostró con dos pinceladas de buen juego que la victoria se iba a quedar en Vitoria. Todos los equipos pasan periodos durante la temporada en los que nada funciona. Ante estos momentos es fundamental adquirir la costumbre de reaccionar rápido. Debe aparecer la experiencia de la plantilla y recobrar la confianza en uno mismo y en el trabajo que se ha hecho hasta la fecha, y que entre otras cosas ha permitido liderar la difícil ACB.