EL Zalgiris de Kaunas es uno de esos equipos que temporada tras temporada demuestra que está hecho de otra pasta, renovando sin ningún tipo de dificultad su plantilla y siendo capaz de sacar jugadores talentosos y competitivos. Hay que recordar que Lituania es un país con poco más de tres millones de habitantes (muy parecido a Euskadi), pero eso no es un hándicap para seguir formando jugadores que luego darán el salto a equipos que les aseguren unos ingresos acordes a su talento. Unos años estarán más arriba y otros no tanto. Pero es indudable que es una de las mejores canteras de Europa, junto con la de Serbia. De hecho, este año han quedado campeones del Europeo sub"18, ganando con gran autoridad prácticamente todos los partidos, incluso la final contra Rusia. Y eso queda reflejado en partidos como el del pasado miércoles contra el Caja Laboral, donde demostraron su capacidad de anotación, su juventud, su gran capacidad de translación de defensa a ataque, con un gran despliegue ofensivo, poniendo la creatividad de sus jugadores al servicio del grupo, su poderío físico y una buena defensa. Algunos son de la opinión que la creatividad de un jugador no es compatible con la disciplina de equipo. Ejemplos para demostrar lo contrario podríamos poner muchos. ¿Acaso el concepto de equipo que Xavi Pascual insufló el año pasado al Barcelona no permitió a Ricky Rubio, Navarro y compañía sacar todo su arsenal de talento? ¿O la Jugoplastika del técnico ex baskonista Bozidar Maljkovic? ¿O el Maccabi de Pini Gershon? El miércoles pudimos ver esa nueva hornada de jugadores lituanos que darán mucho que hablar en un tiempo no muy lejano. Fueron extremadamente superiores en el rebote. Prácticamente fueron capaces de coger tantos rebotes ofensivos como totales por parte azulgrana. Un jugador como Teletovic al que siempre hemos criticado por su poca predisposición a ayudar en tareas defensivas o en el rebote o en mejorar la lectura de juego o en que su par no genera tanto peligro o que tenga una mayor progresión con el balón en el suelo, hay que decir que en el partido contra los lituanos intentó dar lo mejor de sí mismo y se peleó con todos. Fueron demasiados los puntos los que encajaron los baskonistas como para pensar en la victoria. Quedó demostrado que el hecho de contar con un único cinco ante un equipo con gran poderío físico puede ser peligroso de cara al futuro. Se suele decir que en la Euroliga sacar los partidos de casa es fundamental para llegar al Top 16. Ahora, el Caja Laboral tiene la obligación de pescar algo fuera del Buesa y la primera opción será la semana que viene en una cancha caliente como la del Partizan. Suerte.
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