Donostia. La Mirotza daba las últimas paladas de un triunfo de orgullo, conscientes de que la bandera se les escapó una semana antes. Unos metros por detrás, Asier Arego alzaba su puño en la popa de la Bou Bizkaia. En tierra, en la tribuna de prensa, un hombre formaba la uve de victoria con sus brazos. Sus músculos estaban tensionados. Por la rabia acumulada durante tantas derrotas en la Bandera de La Concha. Esa persona feliz era Izortz Zabala, el patrón que nunca pudo dirigir a su pueblo al triunfo en la bahía, como lo había hecho con Astillero en 2003 y 2004, precisamente con José Manuel Francisco como técnico: "Bermeo se merecía un triunfo, porque se nos había negado mucho tiempo". Hasta ayer.
Urdaibai liberó ayer toda la frustración sufrida durante la última década, y la soltó, a plomo, sobre Kaiku en apenas diez minutos. Los que duró el calvario de la Bizkaitarra, que no pudo reeditar su soberbio 2009. Los de Sestao flaquearon el día menos apropiado, en la regata que, como un mago, convierte en oro la temporada más discreta pero, a su vez, transforma en bisutería la joya más preciada. Ayer, la pétrea tripulación de los trece magníficos, se resquebrajó con el golpe de Urdaibai, que les sacó 13 segundos.
El granítico bote que armó José Luis Korta se desmoronó de tal forma que Orio, sensacional, les batió por 21.22 y les birló la segunda plaza. San Juan perdió una posición pero redondeó su magnífico regreso a la elite con la cuarta posición, con 23 segundos sobre Astillero, que superó a Hondarribia por centésimas.
El desenlace final, por las diferencias abiertas, fue inesperado. Sobre todo cuando en el sorteo de calles, pasadas las diez de la mañana y con algo de trapalla en el exterior, Urdaibai sacó para Kaiku la bola tres. El supuesto mejor andén, para la locomotora que partía con ventaja, con Urdaibai justo a estribor. Los directivos de Orio José Cruz Expósito y Joserra Garate torcieron el morro cuando a Orio le tocó la vía uno, que la Mirotza la haría buena.
El treno de Sestao, de nuevo, quiso desplegar sobre la mar, que se fue limpiando y perdiendo brío conforme transcurría la mañana, su manual tipo: enchufó a la caldera todos sus vatios nada más salir de la estación, se mantuvo después en 40 paladas por minuto todo lo que pudo, enseñó su proa, logró abrir dos segundos sobre Urdaibai, tres sobre San Juan y cuatro sobre Orio a 400 metros de la ciaboga... Pero, ayer, su triunfo no vino por el desfondamiento de sus rivales al remar fuera de punto, y acabó descarrilando.
La llave estuvo en los instantes previos y posteriores a la ciaboga. Atrás quedó un largo precioso, con cuatro equipos que estiraron al máximo su capacidad agonística. Orio vivió su peor momento tras la barra y cerca de la baliza. San Juan aguantó por el otro extremo y Urdaibai apretó los dientes para no soltarse de Kaiku.
Ciaboga clave Cerca de la ciaboga, una serie de Urdaibai la emparejó con su rival, que titubeó al ver al lado a la Bou Bizkaia y trastabilló en la maniobra. A los de Sestao, muy cerrados, les costó girar, y los de Bermeo viraron según se montaban en una ola que les adelantó en 5 segundos a Kaiku y en 8 a San Juan y Orio.
A partir de ahí, los patrones fueron enfilando a babor, salvo Endika Pérez, que ya tenía a San Juan en al calle cuatro. Los de Joxean Olaskoaga, dirigidos con acierto por Aitor Carrillo, fueron de ola en ola para acabar siendo el único bote que mejoró su registro del pasado domingo. Con su adelantamiento, los aguiluchos fueron la puntilla de Kaiku. A 1.700 metros, Urdaibai aún alejaba a Orio en 7 segundos, a Kaiku en 10 y a San Juan, en 15. Medio kilómetro después, en el tramo que más sufrieron en la primera jornada, asomó la proa amarilla, que, con 600 metros por delante se escapó de Urdaibai en 7 segundos. Sin embargo, los azulones habían contenido ya demasiada rabia, y no dejaron pasar una nueva ocasión de soltarla a gritos.