eL éxito actual del FC Barcelona, el conjunto que, a juicio de casi todos, desarrolla el mejor fútbol en el mundo se debe, en buena parte, a la calidad de los jugadores de la cantera azulgrana. La ideología de los equipos de la cantera es formar jugadores, predisponerlos a jugar y que el resultado sea lo que menos importe. Lo ideal es que los clubes tengan a su filial en la categoría inferior para que el salto al primer equipo sea mucho más fácil. Esta temporada hay dos filiales de Primera en Segunda, el Villarreal B y el Barcelona B, algo inusual últimamente. En los últimos años el paso de estos conjuntos por la categoría ha sido efímero: la primera temporada suelen aguantar la ilusión del ascenso pero en la segunda ya tienen muchos problemas para mantenerse. Vienen a ser como los equipos alaveses en Tercera, que duran menos que un caramelo en la puerta de un colegio.
Pero no todos los equipos patrocinadores tratan de igual manera a sus filiales. Por ejemplo, la Cultural Leonesa no tendrá segunda plantilla esta temporada al decidir sus directivos no inscribirlo en Regional tras el descenso la pasada campaña lo que ha producido un altercado político. Piensan los directivos que actuar en esta categoría, la misma en la que está el Alavés B, supondría un importante gasto y no serviría para formar jugadores para el primer equipo. En cambio, otra escuadra de nuestra Liga, la Gimnástica de Torrelavega, a pesar de haber descendido también a Regional, piensa que debe servirse de la cantera como si fuera el maná y atender las necesidades del equipo filial porque es la mejor forma de que entiendan que son muy importantes para el club.
Partiendo de la base de que el objetivo de un filial es sacar jugadores para el primer equipo (el Osasuna tiene siete que han pasado por el B) no comprendo que un club como el Deportivo Alavés no tenga al menos tres o cuatro jugadores, a todos los efectos, en el primer plantel. Si en la categoría y en la situación económica tan crítica en la que nos encontramos no miramos hacia abajo, ¿cuándo lo vamos a hacer? Lo único que se hace es marear la perdiz, crear una falsa ilusión en los chavales de la cantera para luego relegarlos a un segundo plano trayendo otros con menos cualidades que ellos (por lo menos, no más). No me extraña que el amor por los colores, en algunos casos, no exista y que luego quieran marcharse en cuanto tengan la mínima oportunidad.
Ayer nos enfrentamos a un conjunto navarro con las características típicas de un filial (juego de toque hasta el último instante) que ha protagonizado durante la pretemporada un hecho poco habitual en estos equipos con el fichaje de ocho jugadores foráneos. A pesar de todo, este año se encontraron con un Alavés que fue superior a lo largo de todo el encuentro. Hay que reseñar también que el rival, en las contadas aproximaciones al área, al igual que el sábado precedente, tuvo sus claras ocasiones de gol que crearon cierta incertidumbre no solo en la defensa sino también en una grada poblada en su mayoría por seguidores albiazules que de nuevo se desplazaron en masa al Reyno de Navarra.