"El movistar es el mejor lugar para seguir creciendo"

málaga. Por la mañana, cuando el Movistar hizo oficial su fichaje en un acuerdo para las tres próximas temporadas, Beñat Intxausti, chico moderno, garabatea en su móvil un mensaje que luego colgará en Twitter: "Muy contento con la decisión escogida. Agradecer desde aquí a todos los equipos el interés que han mostrado hacia mí".

Al mediodía, el sol en picado sobre Marbella, el zornotzarra, pieza codiciada por el Astana, que a última hora echó la casa por la ventana por él, o por Bruyneel, que no desesperó hasta que le comunicaron que se lo había robado Unzue, habló más extensamente, no mucho más, sobre su incorporación al Movistar. Dijo que la noticia había alegrado a sus compañeros, que le echarán de menos, pero le felicitaron. Que la elección había sido la correcta, pese a lo tentador del dinero kazajo. Que el Movistar, el heredero final, de momento, de aquel Reynolds de Arroyo y Perico, del Banesto de Indurain, del Caisse d"Epargne de Valverde, es el equipo con más tradición del pelotón y que, por tanto, "es el mejor lugar para seguir creciendo". O para saber cuál es su límite, de momento insospechado.

También se refirió Intxausti a Euskaltel-Euskadi, el equipo en el que este año ha empezado a explotar las cualidades que ya mostró, algún destello, en la pasada Vuelta, sobre todo en aquella etapa de Murcia y aquel descenso de la Cresta del Gallo en el que pinchó dilapidando todas sus opciones de victoria. Agradeció el trato durante la temporada, el esfuerzo porque siguiera vestido de naranja y el gesto, la normalidad que ha presidido su salida, de dejarle la puerta abierta por si algún día quisiera volver. "Cuando acabe contrato con el Movistar tendré 27 años y, si puedo volver a elegir, Euskaltel-Euskadi, que seguirá ahí porque no tiene caducidad, será una de mis opciones. Este equipo siempre será preferente", dijo.