vitoria. "Sé que si hago bien las cosas llegaré algún día a correr con Euskaltel". Es una frase de Mikel Landa (Murgia, 13 de diciembre de 1989), que no es vidente, sino ciclista y de los buenos. El joven corredor alavés del Orbea, equipo vinculado a la Fundación Euskadi, hablaba así en junio del presente año, mediada una temporada en la que se estaba hartando de ofrecerle argumentos a Igor González de Galdeano para que le hiciera un hueco en el equipo naranja. Y así será a partir del próximo año.

Mikel Landa pasará a formar parte de la formación del Euskaltel en cuanto arranque la temporada 2011. Allí volverá a coincidir con varios corredores que conoce bien, con los talentos más prometedores de un ciclismo vasco que amenaza con renacer de sus cenizas. En principio, el corredor zuyano, que todavía no ha cumplido siquiera los 21, se ha comprometido para las dos próximas temporadas. Pero el techo lo pondrá su propio nivel en el pelotón profesional.

Su ascensión al primer equipo coincidirá con la de otro ciclista con mucho futuro, Jon Izagirre, buen amigo suyo. Pero no serán los únicos corredores inexpertos en el seno de una formación que de la mano de Igor se está regenerando casi por completo. El alavés ha dado una vuelta de tuerca a la planificación del Euskaltel, que dispone de otras muchas perlas sobre las que depositar sus esperanzas de éxitos futuros. Roman Sicard, Intxausti o Jonathan Castroviejo son sólo algunos de los nombres con los que Landa compartirá hotel y autobús pero con los que también deberá competir por sobresalir y hacerse con los galones.

A lo largo de la presente campaña ha sabido hacerse respetar en el seno del Orbea, adonde llegó procedente del Naturgás Energía. En las filas del filial de la Fundación Euskadi apenas ha necesitado unos meses para convencer a los rectores de Euskaltel de que está maduro para dar el gran salto. Formado en el Club Ciclista Zuyano, Landa se ha revelado como un ciclista muy combativo en las pruebas en las que su equipo, de categoría continental, ha coincidido con equipos UCI Pro Tour. Así fue, sobre todo, en la Challenge de Mallorca, pero también en la Vuelta a Burgos.

Cuando la carretera se empina hacia el cielo, Landa se desenvuelve con una inusual soltura. Igor González de Galdeano lo ha sabido valorar. Ahora él deberá responder en la élite.