berlín. "El año pasado hacía mal tiempo y no me clasifiqué para la final. Por eso no quería ni hablar de batir hoy el récord antes de la carrera, pero sabía que era mi día". Así de sereno y seguro de sí mismo se reveló David Rudisha al término de la reunión de Berlín, donde fijó un registro en los 800 metros que, al menos hoy en día, parece que sólo él puede mejorar.

"He entrenado muy fuerte", explicó el joven atleta keniano, "y además el tiempo era bueno". La ayuda de su compatriota Sammy Tangui, que hizo las veces de liebre, le vino a la perfección. Hasta el punto de que, como confesó, ya al cubrir la primera vuelta al anillo de Berlín comenzó a vislumbrar la posibilidad de lograr el récord. "Le pedí a la liebre que corriera la primera vuelta en menos de 49 segundos e hizo un gran trabajo. Cuando vi el cronómetro en 1:41.09 me sentí muy bien. Fantástico", se sinceró.