Vitoria. España se encamina de nuevo hacia el Olimpo del baloncesto. Su nivel de juego ha alcanzado un grado de perfección y calidad que el conjunto de Sergio Scariolo se asienta sobre un pedestal inalcanzable para el resto de los mortales. Ni Lituania el sábado ni Eslovenia ayer, dos de los mejores combinados del panorama continental, han sido siquiera capaces de aguantar un cuarto a un equipo que estrenó con victoria la primera edición del Torneo Internacional de Baloncesto de Vitoria.

Al igual que en el partido precedente contra Lituania, le costó a España encontrar su ritmo durante los primeros minutos. Esta Eslovenia ha basado su mejoría en los últimos años en una agresiva defensa y volvió a demostrar que ésa va a ser su seña de identidad a la vez que en ataque se repartirán galones entre los talentosos exteriores.

El problema para los eslovenos se encuentra en las cercanías del aro, allí donde Marc Gasol campa a sus anchas. El pívot de los Grizzlies estuvo de nuevo soberbio para poner al combinado estatal por delante en el marcador, aunque en esta ocasión el rival no permitió alegrías al equipo de Scariolo.

La subida de revoluciones llegó con la entrada en cancha de un Fernando San Emeterio que sigue haciendo méritos para ganarse el último billete para Turquía -la decisión se tomará el próximo miércoles tras un nuevo partido contra Eslovenia- al firmar seis puntos, tres rebotes y dos asistencias. El cántabro pisó el acelerador para firmar dos contraataques consecutivos que pusieron los diez puntos de ventaja.

El baskonista encendió la mecha y sus compañeros recogieron el testigo para seguir incrementando la renta favorable ante los intentos desesperados de un genial Goran Dragic para que su equipo no se viese prematuramente sentenciado. Otro acierto de Alfredo Salazar. La única pega es que en Vitoria no se pudo disfrutar de su talento. Pese a ello, España consiguió abrir brecha antes del descanso (46-30).

El paso por los vestuarios no sirvió para cambiar ese guión preestablecido y España no levantó ni un ápice el pie del acelerador. Así, cuando los puntos no llegaban a través de los contraataques, se sumaban gracias a los innumerables tiros libres que propiciaron las constantes faltas de unos eslovenos que poco más podían hacer ante el espectacular baloncesto de los pupilos de Scariolo.

El último cuarto dio paso al intento de maquillaje esloveno, de la mano de un soberbio Dragic que enseñó todos sus poderes al firmar 16 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias. Pese a ello, España siguió con su particular rodillo, el que le ha encaramado a los altares del basket.

ESPAÑA Calderón (5), Navarro (2), Rudy (19), Garbajosa (2), Gasol (18) -cinco inicial-, Rubio (2), Reyes (6), Claver (10), Vázquez (7), Mumbrú (7), San Emeterio (6) y Suárez (4).

ESLOVENIA Dragic (16), Lakovic (9), Becirovic (1), Rizvic (6), Brezec (9) -cinco inicial-, Slokar (2), Udrih (3), Klobucar, Zupan (8), Jagodnik (6) y Vidmar (8).

Parciales 18-13, 28-17, 25-21, 17-17.

Árbitros Hierrezuelo, Perea y Quintas. Eliminaron a Becirovic, Brezec y Rudy.

Pabellón Buesa Arena (8.000 espectadores).