EL partido del jueves me recuerda al que viví desde dentro contra la Kinder en la final de la Euroliga de 2000. Había un favorito claro, la Kinder con Ginobili, Rigadeau, Smodis, Andersen... Y nosotros con Stombergas, Timinskas, Bennett y compañía. En el primer partido en Bolonia, tras haber sufrido en Atenas unas semifinales infames, íbamos de humildes y supimos hacer frente al todopoderoso y vencerle ante la incredulidad de Europa. Este jueves ha vuelto a suceder. No fue un partido bonito pero sí emocionante. El arranque pudo estar motivado por la falta de actividad competitiva o el exceso de confianza de unos o por el rodaje y el espíritu competitivo de los otros. Ese 4-18 marcó el devenir del encuentro. Aunque el Barça le dio la vuelta al marcador, fue más por inspiración individual de algunos jugadores que por el trabajo en equipo. Si Pascual sabía que parar a Splitter era fundamental, no menos cierto es que Dusko sabía que otro tanto debía hacer con Navarro. El Barça es un equipo lleno de grandes jugadores pero las ventajas que genera La Bomba no las genera ningún otro. Y el Baskonia hizo un trabajo excelente con Oleson, English y Ribas. Nunca pudo romper la defensa por el centro, que es donde más daño hace. Pascual no tuvo suerte con Marcelihno, que en los dos tiempos muertos que pidió en el último cuarto, uno para defender el pick and roll de Oleson con defensa zonal y otro en un saque de banda, el brasileño acertó con un triple y un robo. Con Navarro maniatado, el resto tuvo una gran falta de confianza en el tiro, posiblemente debido a esa falta de competición. Y si eso no fuera suficiente, el juego interior blaugrana no existió. Seguro que se les olvidó lo que sufrieron los baskonistas contra el Madrid. Esta victoria revitaliza la final, seguro que la va a seguir más gente y los medios más encima. Ahora el Barça estará enrabietado. A buen seguro que su entrenador les mostrará un vídeo con la falta de tensión en el primer cuarto, los dos últimos minutos de encuentro con 3 pérdidas y 3 tiros fallados y las situaciones de pick and roll que tan mal defendieron. Baskonia ha pegado primero y muy fuerte. La victoria ha podido ser una sorpresa, pero si el Baskonia es capaz de ganar el título, ya no podremos hablar de sorpresa, sino de que ha vencido el mejor.
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