vitoria. "Argentina sigue siendo un Rolls Royce y tenemos a Messi Conduciendo". Tras muchos dimes y diretes, Diego Armando Maradona, tan intocable como jugador como criticado en su nueva faceta como técnico, parece haber asumido que el éxito o fracaso de su misión en el banquillo albiceleste camina íntimamente ligado al rendimiento que el genial jugador del Barcelona ofrezca sobre el césped, por lo que ayer, en la víspera del debut de Argentina en el Mundial ante Nigeria, no escatimó palabras de elogio hacia el que muchos consideran su sucesor. "Le deseo con todo mi corazón a Leo que tenga un protagonismo bárbaro y que sea el mejor de todos los tiempos", apuntó.
Argentina necesita a Messi como el respirar. Con una defensa solvente y veterana y muchísima dinamita en las inmediaciones del área rival, el colectivo sudamericano petardea en la zona media, allí donde se construye el fútbol. Por eso necesita que La Pulga incremente su ángulo de acción, que le proporcione metros. En definitiva, que la dirección técnica le conceda libertad de movimientos para parecerse a ese jugador eléctrico y decisivo que luce la camiseta azulgrana.
El primer examen argentino llega ante Nigeria, una selección con muchos y buenos jóvenes talentos pero a la que Lars Lagerbeck aún le debe confeccionar un armazón con fiabilidad. Echará mucho de menos la fortaleza de Obi Mikel en la zona medular.