madrid. La selección española llegará a primera hora de hoy al aeropuerto de Johannesburgo, a donde viaja en busca de alcanzar de una vez el sueño de un Mundial y con la vitola unánime de favorita.
España será la última en llegar a territorio sudafricano y quiere ser la última en abandonarlo. Todo el mundo se ha deshecho en elogios hacia el equipo de Vicente del Bosque, al que gusta esta consideración pero no pierde la cabeza con ello.
Los futbolistas asumen también dicha condición. Les agrada notablemente. Pero, como reconoció ayer el cerebro Xavi Hernández, el mejor centrocampista del mundo, él y sus compañeros se ven más como candidatos que como favoritos.
Creerse superiores no entra en el diccionario de la Roja. Saben que sería un pecado imperdonable, que un Mundial encierra multitud de trampas y que la línea entre el éxito y el adiós es muy estrecha.
Primero encaran el grupo, los partidos ante Suiza, Honduras y Chile, y luego, si se cumplen las previsiones, llegará el momento de pensar en el temible cruce de octavos de final, en el que se presume que el rival será de enjundia, ya sea Brasil, Portugal o Costa de Marfil. Ése puede ser el primer gran momento en el que se ponga a prueba la auténtica valía mundialista de esta selección española, que en los últimos tiempos tan solo ha perdido un partido, el de las semifinales de la Copa de las Confederaciones contra Estados Unidos.
Los internacionales, pese a todo, enterraron en Austria viejas penas, pero no se pueden olvidar de ellas. Han demostrado que son ganadores, pero palabras como humildad, cautela y tranquilidad son las que maneja el grupo, que se reencontró hoy, tras el día de descanso después de la exhibición en Murcia ante Polonia, antes de partir.
Iniesta no entrenó ayer La lesión sufrida por Andrés Iniesta no cambia los planes, porque el problema del barcelonista quedó en un edema en un muslo y, aunque normalmente precisa entre cinco y siete días de recuperación, no está descartado para el encuentro inicial ante Suiza en Durban el próximo 16. Iniesta fue el único de los veintitrés jugadores de la selección española que no se ejercitó con el grupo en el último entrenamiento del equipo antes de partir anoche a Sudáfrica. Un destacamento de caballería apostado en la entrada de la universidad, ruido de martillos golpeando una tabla, canciones que provienen detrás de una puerta, alquitrán humeante en una esquina... Así se prepara Potchefstroom para recibir hoy a la selección española. La apacible ciudad sudafricana dará una pequeña fiesta de bienvenida para una de las favoritas a ganar el Mundial.
Xabi Alonso, Mata, Capdevilla, Busquets durante el entrenamiento de ayer en Las Rozas. Foto: efe