Vitoria. Tan sólo una campaña con el Azysa en el curso de su debut con 20 años y las dos últimas con el Caja Rural han servido ha este gasteiztarra para hacerse un sitio entre los mejores del pelotón aficionado. Sus triunfos de prestigio este año, en el que ha ganado la Clásica de Aiztondo de la Copa de España y la general de la Vuelta a Navarra le permiten soñar con dar el salto. De momento, el vitoriano llama a la puerta del profesionalismo con fuerza.

¿Ya ha asimilado el triunfo en una grande como la Vuelta a Navarra?

Ahora lo estoy empezando a asimilar. El domingo me costó y mucho. De hecho, cuando estaba en el podio pregunté, pero ¿he ganado?

Su victoria final ha sorprendido, ya que en la última etapa no se suelen producir vuelcos tan importantes en la general. ¿Lo esperaba?

No, no, para nada. Desde que empezamos la Vuelta sabíamos que la última etapa era un paseo como hacen en el Tour, pues para tomar el champán. Pero bueno, yo tenía la rabia dentro por haber intentado escaparme todos los días y no haber podido porque venían todos detrás.

¿A qué se debía ese marcaje?

El Caja Rural era el equipo a batir y yo era uno de los líderes y por eso estaba muy vigilado. Tanto, que estaba un poco frustrado porque no podía demostrar lo que andaba.

En la gesta firmada el domingo hay mucho de valentía, pero ¿quizá también algo de locura?

Sí. Más locura que otra cosa. Ataqué para ver si reventaba todo. Me dije: "De perdidos al río", pero en ningún momento pensé en ganar la Vuelta.

¿Fue a por todas?

Así es. Los últimos 30 kilómetros que hice tirando, no pensaba en si comía, bebía o lo que hacía. Llegué con lo justo.

¿Qué se le pasaba por la cabeza cuando se decidió ir al ataque?

Lo primero que hice fue mirar para atrás, ver que el líder no venía y me dije: "Ésta es la mía. Es el primer día que estoy solo, que nadie me sigue y adelante".

Nadie le podrá decir que fue una victoria afortunada o de poco mérito, porque con la poca ayuda que tuvo, le costaría lo suyo...

Eso es. Cuando llegue a la fuga y vi que se paraban todos, yo estaba alucinado. Pedía explicaciones, pero nada. Luego ya me imaginé que al ser yo no iban a colaborar.

¿Llegó a desesperarse?

No. En cuanto vi que no pasaban, fui a lo mío. No les dije nada más, agaché la cabeza y bajé dos piñones para ir a muerte, ya que tenía que tirar. De lo que se trataba era de perder el menos tiempo posible.

¿Siente que ha llegado ya la hora de la consagración?

Yo creo que sí. Ya más no se puede hacer. He ganado una Copa de España, Vuelta a Navarra... Estoy ganando lo máximo en el campo amateur.

¿Y ahora qué? ¿Confía en que le den una oportunidad?

Sí. Me lo merezco. Ves que ya el campo amateur se te queda pequeño y tienes que probar otras cosas.

¿Parece que el propio Caja Rural le permitirá correr con profesionales?

Sí, en julio. No sé si será en Portugal o dónde, pero una oportunidad sí que voy a tener.

Y a la hora de dar el salto de categoría. ¿Iría al Caja Rural?

Si puedo sí. Es el equipo en el que he estado estos dos años, ya sé cómo funciona todo y estoy contento.

Otros con su edad hace tiempo que venían reclamando el salto. Sin embargo usted ha sido más paciente. ¿A qué se debe?

Principalmente a que he empezado más tarde que el resto. La gente lleva desde los ocho años y al llegar a los veinte están desesperados. Yo he empezado con veinte y hace un año ni se me pasaba por la cabeza ser profesional. Entonces yo no tenía nada que pedir.

El hecho de que lleve menos tiempo le ha permitido estar menos saturado y no darse un ultimátum cómo hace el resto a los 23 años.

Eso es. Sobre todo psicológicamente he tenido un menor desgaste. Pero yo creo que ya he vivido todo lo que tenía que vivir en esta categoría.

¿Cómo le ha afectado llegar tan tarde a un deporte tan sacrificado como la bicicleta, sin haber pasado antes por las categorías cadete o junior?

Me costó. En lo que peor andaba era en la táctica. Me metía en un pelotón y sólo sabía bajar piñones y atacar. Tienes que aprender que para ganar, hay que ser un poco inteligente. Luego, la técnica también se nota.

Si finalmente le dan la oportunidad de correr el año que viene en profesionales, su caso será especial ya que son pocos o ninguno los que llegan a la máxima categoría tras haber corrido sólo tres temporadas.

Habrá muy poca gente que llegando tan tarde pueda estar ahí tan rápido. Ves que hay gente que lleva quince años y al final lo tiene que dejar por imposible.

¿Por qué empezó tan tarde?

Yo siempre que veía en la tele el ciclismo lo utilizaba para echar la siesta. Me gustaba la bici de monte, iba al gimnasio, corría... Hacía de todo menos bici. Pero un tío mío me dejó una bicicleta vieja y me empezó a llamar la atención el hecho de poder ir tan rápido con una bici por la carretera.

¿Con esa bici empezó a competir?

No. Estuve un año entrenando con ella y cómo por aquel entonces trabajaba, pues el primer sueldo me lo gasté en una bici. Fue una buena inversión.

Viendo cómo le ha ido, no se arrepentirá de la decisión tomada.

No. Hombre, con lo que se sufre, sí que hay veces que piensas en mandar todo a tomar por culo, pero bueno. Luego tiene sus momentos de satisfacción. Ganas una vuelta o una etapa y mira. Es un deporte muy sacrificado, pero te llena.