aunque le cueste "dos semanas o dos años", un chico californiano de 13 años se ha propuesto convertirse en el montañero más joven en coronar el Everest, la montaña más alta del mundo (8.848 metros). Antes de partir hacia el Tíbet, desde donde empezará la ascensión por la cara norte, Jordan Romero explica que, por encima de todo, su objetivo es motivar a otros jóvenes para que practiquen deporte y eviten sufrir sobrepeso. "También hago esto un poco por mí, para hacer algo grande", precisa de inmediato para justificar su aventura. Jordan está empeñado en conseguir la hazaña de hollar el Everest y, cuando se le pregunta si podrá hacerlo en este intento o tendrá que esperar otra oportunidad, contesta que no le importa el tiempo que necesite para conseguirlo.

Y es que tiene todo el del mundo, porque el récord actual lo ostenta Temba Tsheri Sherpa, que con sólo 16 años llegó al Everest en 2001. Nacido el 12 de julio de 1996, Romero sigue adelante con su plan de coronar las llamadas siete cumbres: las montañas más altas de cada uno de los continentes. Ya las ha ascendido todas menos el monte Vinson (en la Antártida) y el Everest. En esta aventura le acompañan su padre, Paul Romero, especialista en medicina y fisiología, y su entrenadora y madrastra, Karen Lundgren.

"Esto no son unas vacaciones aisladas -sostiene el padre del precoz deportista en alusión a las otras montañas que ha subido su hijo- sino una forma de vida. Viajamos por todo el mundo y escalamos juntos". La idea de ascender las siete cumbres se le ocurrió a Jordan cuando, con nueve años, vio un mural en su escuela de Big Bear (California, Estados Unidos) e hizo partícipes a sus padres de su sueño de lograr subirlos. "Estaba sorprendido de que incluso supiera qué son las siete cumbres -evoca el padre- aunque es un fanático total de la naturaleza".

Pero la familia se toma en serio la salud del pequeño y no quiere correr riesgos. "El mundo de la escalada puede presentar preocupaciones para Jordan por su edad, pero el chico es fuerte y tan preparado como muchos de los escaladores", resalta el padre, quien destaca también que su hijo tiene todo el apoyo y la seguridad posibles para encarar la mediática gesta.

La montaña más alta que ha escalado hasta ahora Jordan es el monte Aconcagua, en Argentina (6.962 metros), pero se ha sometido a un entrenamiento especial para su nuevo reto. "He estado ejercitándome, concentrándome y haciendo un entrenamiento de resistencia", asevera el joven montañero, que ha estado durmiendo durante un mes en una tienda que simula grandes alturas para preparar sus pulmones a las duras condiciones que se encontrará en el Himalaya.

A Jordan le encanta "la adrenalina" y es amante del skateboarding y el snowboarding. Sus compañeros en la escuela ya llevan tiempo preguntándole cuándo subirá al Everest, y se le ha encargado que escriba un diario durante la escalada. Pero por muy original que sea su aventura, Jordan no puede escaparse de sus obligaciones: mientras prepara su ascensión desde el Tíbet y sueña con coronar la cima del mundo, el joven alumno se verá obligado a hacer sus deberes y resolver problemas de álgebra.