parís. Tom Boonen y Fabian Cancellara vivirán hoy una lucha encarnizada para dirimir la mítica carrera Paris-Roubaix. Boonen persigue entrar en la historia con su cuarto triunfo, mientras Cancellara intentará que el belga no acabe reinando en la 108ª edición de la Clásica de las Clásicas. El corredor del Quick Step busca su tercer triunfo consecutivo y el cuarto absoluto, pues también se coronó en Roubaix en 2005. Para lograrlo, Boonen contará con un fuerte equipo en el que su compatriota Stijn Devolver también parte con opciones. El italiano Matteo Tossatto y el francés Sylvain Chavanel forman parte asimismo de un Quick Step conjurado para que su líder iguale al histórico Roger de Vlaeminckm, que ganó cuatro veces la prueba en los años setenta. La solidez del Quick Step como equipo experimentado contrasta con un llanero solitario como Cancellara, que ya demostró hace una semana en Flandes que no necesita mucha ayuda, sólo sus poderosas piernas, para arrollar en cualquier carrera. La locomotora de Basilea ganó en solitario siete días atrás, precisamente por delante de Boonen. Su equipo, el Saxo Bank, confía en las posibilidades del helvético, imparable cuando rueda en forma, pero se guarda un as en la manga llamado Stuart O"Grady. El australiano se coronó hace tres años en Roubaix y su punta de velocidad le puede otorgar el papel de favorito si aguanta en cabeza hasta el final. La organización ha diseñado para esta edición un recorrido de 259 kilómetros marcado por 27 tramos de pavés que convierte la prueba en una tortura para el cuerpo de los ciclistas, que rodarán un total de 52,9 kilómetros sobre una superficie adoquinada.