VITORIA. "Es una pena, pero uno tiene que perder", señaló SébastienGonzalez al término del encuentro. Los anhelos del manista deAskain se habían venido abajo tan rápido como su zurda claudicóen la cancha tras tres ganchos infernales. Era el momento dela reacción, pero ésta nunca llegó y la pareja colorada -comenzaroncomo víctima en las apuestas- no se recompuso en el Ogueta ycedió la txapela de campeón del Parejas a sus adversarios. "Enel 11-13 estábamos cerca, pero nunca conseguimos terminar dejuntarnos", analizó el askaindarra con la mente caliente, conel corazón en un puño, con la resignación por bandera. No envano, las ilusiones de Sébastien y Laskurain pasaban por lograrel entorchado. Cosa que no sucedió.

"Nos faltó acabar un poco más, un poco más de suerte y trabajarmás. Fueron solamente ocho los tantos los que nos faltaron. Entrelos dos perdimos tres o cuatro pelotas en las que no nos entendimosy después hicimos alguna chapa", manifestó Sébastien Gonzalez."Tenemos que jugar más duro y aguantar más", remachó. "Xala jugómucho a la contra. Esperaba a que yo atacara y con esta tácticaconsiguió hacernos varios tantos", declaró el lapurtarra, quese vio superado durante gran parte del duelo por su rival enlos cuadros alegres. "Además nos metieron dos en el txoko queno supimos atajar". Y así, con resignación, Gonzalez aceptó laderrota.