Vitoria.

A diferencia de otros años cuando había un claro abanico de favoritos, la presente Copa está teñida de un claro despotismo culé. ¿Ve tan pocas posibilidades al resto?

Ya ha dejado claro que el estado del Baskonia no es el más idóneo. ¿Nos podemos animar con algo?

Dado que el estado físico de ciertos jugadores no se puede mejorar, ¿en qué está incidiendo estos días para recobrar las viejas sensaciones?

Hay mucha diferencia entre las piezas que están bien y las que poseen un ritmo competitivo y las que no. ¿Lo tiene asumido?

La falta de rodaje de Herrmann, Oleson o Eliyahu salta a la vista. ¿Hay que armarse de paciencia?

En el caso de Walter, ¿no cree que su puesta a punto va más lenta de lo normal?

A tenor de la crítica situación en la Euroliga y que el Barcelona parece invencible en la ACB, ¿ve esta Copa como el título más asequible?

A diferencia de años anteriores, el club le ha puesto este curso a su disposición una plantilla más larga. ¿Le está resultando difícil manejar el grupo y determinar roles?

El Baskonia también ha hecho de su tiro exterior una especie de salvavidas. ¿Es peligroso depender tanto de este arma?

Salvo Huertas, al que ve como un revulsivo, el rol de Ribas y Singletary suele cambiar en función de los partidos. ¿Le está costando dar con la tecla en ese puesto?

Lo positivo es que se están ganando todos los finales apretados. ¿Un síntoma de dureza mental?

Hablemos del Bilbao Basket. ¿Le ha metido el miedo en el cuerpo su victoria en Vistalegre?

Hervelle, Banic, Mumbrú... ¿Alguna preocupación en especial tras la llegada de Katsikaris?

En su palmarés figuran cuatro Copas del Rey. ¿Por qué se le da tan bien este torneo?

Se le agolparán durante estos días recuerdos de todo tipo en la cabeza, ¿no?

Responda con sinceridad. ¿Cambiaría alguno de esos éxitos por la Euroliga, su asignatura pendiente como técnico?