bilbao. Trituraba las piernas el embravecido circuito del parque Etxebarria, exprimía el aliento en sus zigzagueantes curvas, se marchitaba el cuerpo tras la línea de meta al amparo de las asistencias médicas, pero las pisadas del larguirucho y fino Alemayehu Bezabeh, que hasta se resintieron con sangre en su tobillo derecho, pudieron hincarse en el barro y rodar más rápido que las de ninguno. Sí pudo seguir sus pasos Ayad Lamdassem, su sombra, muchas veces paralela, su compañero de equipo. Los dos que comandaron la carrera prácticamente desde el estallido inicial, cuando la marabunta empezó a esparcirse y la fuerza tomó la delantera. Los dos dieron el triunfo del Campeonato de Europa de Cross al Bikila Toledo, el primer galardón de esta índole para el equipo español.

"Que gane el mejor", tiró de tópico el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, en la inauguración del campeonato, y lo cierto es que se cumplió. Bezabeh, vigente campeón de Europa, es el atleta que congrega las esperanzas del atletismo estatal -es de Etiopía, pero nacionalizado español en 2008-, es el corredor disciplinado que se encontró hace poco con el músculo del gimnasio, el de las piernas sin gemelos que derrochan calidad, el que sacude su huesudo esqueleto de 180 centímetros como pocos. Ese deportista que llegó como un inmigrante más, como lo hizo también Lamdassem, éste desde Marruecos -ahora también español-. Ambos con el sueño de triunfar. Y ayer en el parque de Etxebarria lo lograron.

Fue el maratonista Daniele Caimmi quien tomó la delantera tras la salida. Los gritos de los miembros del equipo danés que observaban el circuito desde la barrera animaban escandalosos los pasos de sus compañeros del Sparta mientras que el serbio Mirko Petrovic, que perdería una zapatilla en el barrizal y acabaría octavo con un pie descalzo, sustituyó como líder al italiano. Duró poco esa disputa. Emergió la fuerza de la pareja Bezabeh-Lamdassem en el achocolatado piso bilbaíno. Los dos tomaron el mando de la carrera y se exhibieron sin rivales. El actual campeón europeo venció en 32:19 con un segundo de diferencia sobre su compañero. Entraron de la mano. Porque ante todo, el de ayer, era un campeonato de equipo, del que de nada sirve fijarse en las huellas propias. Pidió Bezabeh a Lamdassem que se agarrara a él para cruzar después sonrientes la línea de meta, con los otros brazos en alto, con la tranquilidad que da mirar atrás y no ver a ningún adversario. Se santiguó entonces Bezabeh, hasta en tres ocasiones. Es la ambición del etíope que se solidificó en el circuito vizcaíno. "Quiero ganar", desvelaba sin tapujos días antes de la carrera. Porque el Bikila era candidato seguro al podio y al triunfo. Salió con un fuerte conjunto, pese a la baja por lesión de Javier Guerra. Aunque en los dos primeros kilómetros ninguno de sus corredores apareció en la cabeza de la prueba, desde el kilómetro 3 Alemayehu y Ayad controlaron la competición con nervio y recursos en un circuito muy propicio para los cambios de ritmo.

La emoción se centró en el tercer puesto: el corredor de color del club checo AK Kromeriz Pascal Sarwat o el espigado ex campeón de Italia de cross Daniele De Nard. Finalmente, aunque con el mismo crono de 32:28, fue bronce el del Fiamme Gialle. Mientras las posiciones cabeceras se conformaban, el resto de la cola se peleaba por escalar, por sumar los menos puntos posibles para dar el título a su equipo. El Bikila, el equipo portugués del Conforlimpia y los italianos del Fiamme Gialle podían coronarse. Debían encajar todas las piezas para funcionar como la máquina ganadora que tomara Europa. Los lusos del Maratona Clube eran los que defendían el título, pero cedieron su dominio a sus compatriotas del Conforlimpia. Al final, tras el Bikila Toledo -el cuarteto campeón lo completaron Iván Galán (13) y Antonio Núñez (20)-, el Fiamme Gialle -todo un clásico del campo a través- se hizo con la plata y el campeón de Portugal Conforlimpa completó al tripleta.

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