melbourne. Desde que arrancó el partido quedó patente que Andy Murray no se encontraba cómodo. Puede que la cita le viniera grande, pese a su excelente actuación en un torneo del que apeó en cuartos al anterior triunfador, Rafa Nadal. Ya le había pasado en la anterior final de Grand Slam que había disputado, la de Estados Unidos de 2008, también ante Federer.

El británico, molesto por su propia incapacidad para afrontar este tipo de duelos de máxima exigencia, reconoció que tiene muchas ganas de hacerse con un grande. De hecho, manifestó que la derrota ante Roger Federer le hace continuar hambriento por ganar su primer grande, y siente que está "en el camino".

"Estoy hambriento por ganar uno, desde que tenía 16 ó 17 años, cuando empecé a jugar los Grand Slams juniors. He trabajado muy duro para darme esa oportunidad, pero de momento no ha sido lo suficiente. Estoy seguro que un día pasará y cuando llegue, después de estas dos derrotas, será incluso mejor", aseguró.

"El partido de hoy fue más competido que el de Flushing Meadows (final de 2008 contra Federer). Tuve oportunidades a principios del primer set y al final. Sé que me estoy acercando y mis resultados en el Slam lo demuestran", expresó Murray, que se mostró plenamente consciente de las ocasiones que dejó escapar durante el encuentro. "Tuve oportunidades en el primer set y también muchas en el tercero. Creo que merecí llegar al cuarto, pero no sucedió", se sinceró.

Murray, en cualquier caso, admitió que el nivel de Federer "es más consistente en los Slams, y comete menos errores no forzados de los que hace el resto del año". "No me siento bien porque he trabajado muy duro para llegar a este punto. Quería ganar el torneo. Pero él pone mucha presión en ti, por la forma que juega y necesitas estar concentrado al máximo durante el partido", comentó.

Durante algunas fases del partido, Murray se tocó la espalda y el muslo, y pareció tocado, pero luego aclaró que fue que le apretaban los pantalones. "No es un problema, no es mi cadera izquierda, la tengo como siempre en todos los torneos. Es que llevo pantalones de ciclista y algunas veces me aprietan, y necesito ajustarlos. A Roddick también le pasa y a Rafa igual", aclaró.

Murray tuvo la oportunidad de enfrentarse en este torneo con el número dos y el número uno, y sacó sus propias conclusiones: "Es un partido diferente. Con Rafa él toca la bola más en corto, juega con mucho efecto. Roger golpea más plano y la bola te llega muy rápida y es difícil llegar a sus puntos", explicó el británico. "Y en los importantes los resuelve con grandes saques. El servicio de Rafa es muy bueno pero siempre te da oportunidades. Esta noche no tuve muchas", concluyó el hambriento tenista escocés.