DONOSTIA. El partido ha tenido un inicio vibrante, con dos equipos que han apostado por el baloncesto de ataque y que han intercambiado canastas de bella factura en una y otra cesta para finalizar el primer cuarto con mínima ventaja visitante.
En el conjunto madrileño han brillado Jasen, omnipresente en las dos zonas, y Popovic, que ha campado a sus anchas hasta que Pablo Laso le ha asignado nueva defensa para frenar los daños que causaba el jugador serbio.
En el bando local han sido Ignerski y Sergio Sánchez los que han mantenido con vida a su equipo y han evitado, como en algún partido anterior, que los dos primeros cuartos significaran un lastre y una losa imposible de levantar durante el resto del encuentro.
La igualdad ha seguido siendo la característica del partido hasta el descanso, con un Estudiantes que no perdía en ningún momento la cara al partido y encontraba en los lanzamientos triples, faceta en el que es de los peores equipos de la Liga, un buen recurso ofensivo. Luis Casimiro se habrá llevado una desagradable sorpresa tras el cambio de escenario que se ha producido a vuelta del descanso cuando los locales han roto el partido en cinco minutos locos. Sin tiempo casi a asentarse en la cancha los guipuzcoanos han salido en tromba con un triple de Panko, cinco puntos consecutivos de Ignerski y otro lanzamiento desde 6,25 de Sánchez que han elevado las diferencias a 12 puntos (49-37), a la postre decisivos.
La presión estudiantil en los últimos minutos y ciertas dudas en el bando local han hecho temer a la afición donostiarra por la victoria con el 70-76 entrado en el último minuto, pero los vascos han sabido jugar sus últimas posesiones y han cerrado el partido con un "alley-up" de Barbour que ha levantado a la afición de sus asientos.