Estamos ya en la tanda de penaltis. La apreciación del presidente de la Federación Vizcaína de Fútbol, Iñaki Mardones, sirve para ilustrar la situación en la que se encuentran los intentos, liderados desde Athletic y Real Sociedad, de rescatar el partido navideño de la selección de Euskadi, previsto para el próximo día 22. Una vez descartada la opción de jugar el amistoso por la Federación Vasca de Fútbol (FVF), la posibilidad de cambiar las tornas se reforzó cuando los presidentes del equipo rojiblanco y del cuadro txuri-urdin tomaron cartas en el asunto y decidieron mantener contactos permanentes -persistentes en la actualidad- con sus respectivas plantillas para intentar salvar el encuentro. Ahí está la clave. A ello se agarran las esperanzas.
El reloj corre, acelera, y la resolución del conflicto, para bien o para mal será, llega a su fin. El desenlace, en las próximas 48 horas.
La Federación Vasca de Fútbol dio por perdido el amistoso el pasado 26 de noviembre cuando emitió un comunicado en el que confirmaba la imposibilidad de llegar a un acuerdo con un grupo de jugadores que exigía más pasos hacia la oficialidad. "Hemos fracasado en el intento", reconocían desde el organismo vasco, que "no alcanzaba a entender las razones" que esgrimen los futbolistas.
El vestuario guipuzcoano no estaba dispuesto a ceder y sus compañeros bilbaínos cerraron filas. Poco tiempo después, el rector del Athletic, Fernando García Macua, intervino en el asunto con el afán de lograr que el choque de la tricolor se disputara. El abogado bilbaíno abordó con los jugadores del Athletic la polémica y desde entonces, García Macua no ha cejado en su empeño por intentar convencer a los leones de la relevancia de celebrar ese partido. "Estoy tratando de conciliar las voluntades de los actores necesarios para que se juegue el partido", aseguró el presidente rojiblanco en Viena cuando el equipo de Caparrós se enfrentó al Austria el pasado jueves.
"Había habido un acuerdo entre los jugadores y la federación, pero a última hora hubo un grupo de jugadores, que no son jugadores del Athletic, lo digo claramente, que no quieren jugar ese partido", añadió. Así las cosas, el flanco por el que había que buscar la solución era donostiarra.
El presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, movió también ficha y habló del encuentro con sus jugadores. Los contactos, al igual que en el vestuario vizcaino, han sido continuos, y la parece ser que la férrea postura que mantenían los realistas y que provocó una nueva suspensión del amistoso navideño se ha suavizado. Los jugadores de la Real Sociedad podrían estar ahora predispuestos a enfundarse la tricolor. "Los jugadores del Athletic haremos lo posible para que se juegue el partido", señaló el pasado miércoles en Viena Joseba Etxeberria, uno de los pocos jugadores que da la cara para pronunciarse sobre el tema.
Y la consigna de la caseta bilbaína siempre ha sido ésa. No obstante, los jugadores rojiblancos tienen claro que si sus compañeros de la Real no cambian de opinión y no juegan el partido, ellos tampoco lo harán. Esa premisa se mantiene.