Albert Costa puede presumir de personalidad. El capitán del equipo español de la Copa Davis, cuya final arranca hoy en Barcelona con un duelo entre Rafa Nadal y Tomas Berdych, se ha decantado por David Ferrer para disputar el segundo punto de individuales, ante Radek Stepanek, justo un año después de que el alicantino se deshiciera como un azucarillo, hace ahora un año, en la eliminatoria con la que la Armada se proclamó campeona del torneo en Argentina. "David Ferrer ha hecho una preparación muy buena. Era el hombre perfecto", justificó el capitán español su decisión de otorgar a Ferrer más protagonismo del que tendrá un top 8 como Fernando Verdasco, a quien Costa asigna "otro rol en esta final", el de acompañar a Feliciano López en el punto de dobles que se disputa mañana.

Lo cierto es que a Costa le ha tocado ejercer casi más de psicólogo que de técnico en las jornadas previas al arranque de la final con la que España busca revalidar título. El dubitativo estado de forma con el que tanto Nadal como Verdasco, los dos jugadores mejor clasificados en la ATP, alcanzan esta final, tras haber sido incapaces de lograr una victoria en el reciente Masters de Londres, ha obligado al preparador español a afinar su sinfonía de halagos para un par de figuras en estado depresivo.

"Estoy muy contento del sorteo, de que Rafa juegue el primero porque puede darnos mucha confianza. Confío mucho en él y estoy seguro que irá bien. Tengo mucha confianza en Nadal", reiteró Costa nada más conocerse el orden de los duelos con los que se abre la serie.

El rival del mallorquín, Berdych, acude a Barcelona con la intención de saldar la cuenta pendiente que tiene con los españoles desde la eliminatoria de 2004, cuando un jovencísimo Nadal -tenía entonces 18 años- se adjudicó el punto decisivo ante Stepanek después de que la eterna promesa del tenis checo hubiera desperdiciado previamente la oportunidad de cerrar el cruce frente a Feliciano.

Si Costa asegura confiar plenamente en las opciones de Nadal, no debe de tener menos confianza en las de Ferrer, que se estrena en el segundo turno ante el número uno checo, Radek Stepanek, con la sombra de lo que sucedió el pasado año todavía en la memoria. La entereza o fragilidad mental que muestre el tenista de Javea puede determinar tanto el futuro de la final como el suyo propio en el equipo español. Ferrer asumirá toda la presión, más aún si Nadal, que ha perdido los últimos cuatro partidos que ha jugado, pincha.

El tercer punto, en principio, lo peleará la pareja formada por Feliciano y Verdasco frente a un experimentado dúo checo, Dlouhy y Hajek, si bien Costa alberga dudas sobre este punto y considera que su homólogo está jugando al despiste. "Me ha sorprendido bastante, la verdad, pero yo creo que al final van a jugar Stepanek y Berdych. Aún así, tanto Dlouhy y Hajek son muy buenos jugadores y forman una pareja muy compacta", aseveró.

La séptima final de la Copa Davis de la historia para España arranca con la incógnita de la fortaleza mental de sus jugadores. El apoyo del público puede resultar clave.