La genialidad y la clase del base español Sergio Rodríguez alcanzó su mayor expresión durante la madrugada del pasado domingo. En una noche que recordará siempre, se convirtió en el líder que guió a los Sacramento Kings al triunfo por 112-96 frente a los Hornets de Nueva Orleans. Aunque salió de reserva, en 24 minutos dio una exhibición encestadora con 24 puntos -su mejor marca hasta el momento como profesional- y un juego espectacular que hizo poner de pie a los seguidores de los Kings presentes en el ARCO Arena. Bajo la dirección de Rodríguez, la franquicia californiana no sólo supo encontrar el camino del triunfo sino que ofreció espectáculo y showtime arengando cada una de las acciones del base canario.

Llegó a los Kings el pasado verano traspasado por los Trail Blazers de Portland, y después de un comienzo irregular, agobiado por los pocos minutos que le dio su entrenador, Pau Westphal, poco a poco el joven y modesto timonel ha demostrado su valía. Ante los Hornets anotó 9 de 14 tiros de campo, incluidos dos de cuatro en triples, y estuvo perfecto desde la línea de personal. Por si fuera poco, repartió cinco asistencias -también líder del equipo en ese apartado- capturó dos rebotes, recuperó dos balones, no perdió ninguno y cometió sólo una falta personal. Casi nada. Ansioso por erigirse como el gran jugador que mostró ser en la ACB, Rodríguez encabezó además una lista de seis jugadores que tuvieron dobles dígitos, incluido el alero Jason Thompson, que aportó un doble-doble de 22 puntos con 14 rebotes, mientras el base novato Tyreke Evans logró 14 puntos y el alero argentino y ex baskonista Andrés Nocioni llegó a los 13, con dos rebotes y una asistencia después de jugar 20 minutos. El equipo de Sacramento puede completar una racha de cuatro triunfos seguidos en su campo si consiguen ganar mañana a los Pacers de Indiana.

A sus 23 años, y en su cuarta temporada en la NBA, el tímido baloncestísta canario demostró a los aficionados norteamericanos que se merece más minutos dentro del equipo, algo que no había conseguido en los primeros 12 partidos. Y todo tras un periodo de dudas en el que muchos otros jugadores hubieran perdido la cabeza por no disponer de los minutos necesarios para brillar.

"Me siento muy a gusto jugando aquí", declaró Rodríguez al concluir el partido, quizá como un mensaje para los dueños de la entidad de California. "Lo único que me preocupa es salir al campo en cualquier momento y hacer que las cosas sucedan", apuntilló consciente de su posición como tercer base en el orden de rotación que ha establecido Westphal. "Lo único que tengo que hacer cuando salgo al campo es demostrar las cosas que puedo realizar con mi juego de baloncesto. Para mi, lo más importante es que el entrenador confíe de lo que soy capaz de conseguir", subrayó el ex jugador del Estudiantes antes de reiterar que el baloncesto no es cuestión de minutos, sino de permitir a un jugador sacar todo lo que lleva dentro. "Cuando mi entrenador me dice que salga al campo lo único que pido es que me deje jugar, a partir de ese momento, todas las cosas positivas pueden suceder. Hice las cosas bien en el campo, lo mismo que el resto de mis compañeros que también me entendieron a la perfección", concluyó antes de retirarse del ARCO Arena.

una patada a la puerta El propio Westphal reconoció al concluir el partido ante los Hornets que el base canario se había ganado por méritos propios el derecho a tener minutos de juego. "Tenemos muchos bases que pueden jugar minutos, pero la forma como Sergio lo ha hecho en los últimos partidos ha sido increíble", declaró el preparador, que quiso reconocer que el trabajo de Rodríguez ante los Hornets le hace merecedor de más minutos y oportunidades.

"Simplemente, Sergio le ha pegado una patada a la puerta y la ha derribado para entrar", manifestó Westphal, técnico que está en el cargo en su primer año de contrato y que resaltó también que el base de 1,91 metros se lo iba a poner muy difícil a la hora de tomar la decisión de dejarle jugar o seguir relegándole al banquillo en beneficio de otros de sus compañeros.

"Sinceramente va a ser muy duro, muy duro no dejarle jugar por la manera como está rindiendo", señaló Westphal, que tiene ya definido al novato Evans como el base titular y su dilema será compartir los minutos de reserva entre Rodríguez y Udrih. Él es consciente de que la salida del tinerfeño de los Trail Blazers no se debió a su falta de clase y potencial para jugar en la NBA, sino a la "frustración" que sintió al comprobar que el entrenador del equipo de Portland, Nate McMillan, nunca le permitió "ser él mismo" en el campo. Pero, tras esta descomunal actuación, el futuro en la NBA del joven jugador español está más que asegurado.