berlín. Al menos un árbitro alemán está involucrado en el escándalo de manipulación de partidos que afecta a varios países europeos, según informaciones que publica la revista Der Spiegel en su edición de la próxima semana. El árbitro, cuyo nombre no es mencionado por la revista, habría recibido un soborno de la mafia de apostantes que orquestó las manipulaciones de partidos en un compromiso de la Liga Regional Sur (cuarta división) en mayo pasado.
La misma revista sostiene que el SSV Ulm, actualmente en la Liga Regional, está involucrado en el escándalo y cuatro de sus partidos de finales de la temporada pasada están bajo sospecha. Como reacción, los jugadores del Ulm han firmado una declaración en la que aseguran no haber tenido nada que ver con manipulación alguna.
El escándalo, destapado por la fiscalía de Bochum, ha sido calificado por la UEFA como el más grande del fútbol europeo. Cerca de 200 partidos, entre ellos 4 de la Liga Europa y tres de la Liga de Campeones, están afectados por el escándalo orquestado por mafias de las apuestas. Los países involucrados en el escándalo son Alemania -desde dónde habría operado la mafia de manipuladores-, Bélgica, Suiza, Croacia, Eslovaqia, Turquía, Bosnia y Austria.
La fiscalía no ha querido indicar concretamente qué partidos están bajo sospecha de manipulación ni dar informaciones sobre la identidad de los sospechosos y los detenidos para no perjudicar las investigaciones en curso. No obstante, varios medios de comunicación alemanes han asegurado que entre los detenidos están los hermanos croatas Ante y Milan Sapina, figuras claves en otro escándalo de manipulación en 2005 que terminó llevando a la cárcel al ex-árbitro Robert Hoyzer.
En Alemania están bajo sospecha de manipulación un total de 32 partidos y la máxima categoría involucrada es la segunda división con 4 compromisos bajo lupa. En Croacia, Eslovenia, Turquía, Hungría, Bosnia y Austria, en cambio, hay también partidos de Primera bajo sospecha. Todos los encuentros se jugaron en 2009. La fiscalía cree que la banda de apostantes buscó manipular el resultado de partidos a través de sobornos a jugadores, entrenadores, árbitros y funcionarios y luego apostaron grandes sumas de dinero en Europa y en Asia a un determinado resultado. Según los medios de comunicación, se habrían pagado sobornos que oscilan entre los 5.000 y los 25.000 euros.