Es evidente, y cualquier persona que conozca el lugar lo sabe a la perfección, que al Jardín Botánico de Santa Catalina le sobran alicientes para adentrarse en él. Con todo, la reapertura al público de esta pequeña joya de la geografía alavesa está ofreciendo propuestas culturales que todavía incrementan más las ganas de disfrutar del lugar. El flautista Alberto Itoiz lo sabe bien. Hace unos días ofreció un concierto para el público familiar que contó con una gran afluencia. Este próximo sábado, a las 12.00 horas, regresa, en esta ocasión con una propuesta diferente, la interpretación de Las cuatro estaciones de Vivaldi.
Para ello se va a acompañar de Enricco Ragazzo (violín), Angelo Vieni (violín), Carolina Úriz (viola), Alejandro Saúl Martínez González (violonchelo), Célida Borrego Morales (contrabajo) y Francesca Croccolino (clavecín). Además, la actuación se va a grabar y a editar. “Este es un proyecto potente”, apunta el integrante de la Banda Municipal de Música de Vitoria, que en esta ocasión va a contar con la presencia de intérpretes que, de manera habitual, desarrollan su labor en las sinfónicas de Navarra y Euskadi.
Una ocasión excepcional
Confiesa Itoiz que éste es un programa que tenía en mente desde hacía tiempo. “El repertorio para violín es más amplio que el de la flauta, así que siempre nos acercamos a él. Bueno, los violinistas dicen que les robamos”, sonríe. “Esta es una obra muy importante, aunque es verdad que no se suele hacer en este formato. Incluso a nivel internacional es raro que los flautistas apuesten por esta obra”. Él sí lo ha hecho.

“Escuchar un concierto en un espacio como Santa Catalina es una maravilla”, subraya, aunque reconoce que el hecho de interpretar una pieza “tan conocida” por la gente “da respeto”. “El público va a estar esperando algo que conoce y espero que, aún siendo una sonoridad diferente porque la parte solista es para la flauta, salga con buenas sensaciones. En el primer ensayo, yo la verdad es que ya me quedé tranquilo. Los flautistas no podemos tocar exactamente todo porque hay cosas técnicas del violín que no podemos hacer, pero estamos viendo en los ensayos que los pequeños arreglos que he hecho, funcionan”.
En 2025 se cumplen 300 años de la primera publicación de una partitura escrita años atrás. “Hace poco supe que el propio Vivaldi escribió unos sonetos para esta obra. Y creo que esta vez vamos a leer cada uno de los sonetos referente a cada estación”. Será otra de las novedades de una actuación que tomará el relevo a la dedicada a composiciones de películas de Disney. “Fue una maravilla. Acudió muchísima gente y los niños y las niñas se lo pasaron en grande porque además no fue un concierto al uso, sino que ellos y ellas participaron”.