Penúltima Cita con la Poesía del curso la que este viernes se va a vivir en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, un encuentro que va a contar con la presencia invitada del escritor y divulgador cultural Enrique Gracia Trinidad, quien se estrena en el ciclo de la capital alavesa compartiendo con el público parte de su ya larga y reconocida trayectoria. Como es habitual, la propuesta, cuyo acceso es gratuito hasta completar el aforo, se producirá a partir de las 19.00 horas.

Son más de 40 los títulos –una treintena de poesía– los que construyen un camino en el que todavía queda por hacer. “Que siga publicando solo demuestra que todavía no he aprendido del todo, que tengo que seguir escribiendo. Voy a cumplir 75 años y a veces me pregunto si me estaré repitiendo. Es el miedo que tengo. Espero que no esté siendo así”, dice con una sonrisa. “Llevo mucho tiempo, 33 años dedicándome a la cultura en exclusiva… Eso no quiere decir que no me haya ganado la vida honradamente”, bromea. 

Versos en la vida cotidiana

En su visita a Vitoria, el autor quiere explicar “brevemente” lo que para él es la poesía y cómo la entiende en este momento. A partir de ahí, “voy a leer poemas para que la gente entienda que se puede hacer poesía en cualquier sitio, desde la vida cotidiana; la poesía es imprescindible, aunque no sepamos que la necesitamos”.

La radio, la televisión, el teatro, el recital... son campos en los que Gracia Trinidad se mueve con soltura y de ahí que también la intención pase por interactuar con quienes acudan, “aunque me sé amoldar al público que me encuentro en cada ocasión, no voy a forzar nada”.

Lo ha hecho así hace nada en un encuentro con miembros de la ONCE ya que se están traduciendo algunas de sus creaciones al braille, una cita “para ver cómo ven ellos la poesía que no ven”. Pasará también así en la capital alavesa, más allá de que el creador es consciente de que “parece complicado hablar de que la poesía está en cualquier momento o parte viendo cómo están las cosas”.

Enrique Gracia Trinidad

Enrique Gracia Trinidad Cedida

“Quizá el mundo está muy loco, disparatado. Los poetas que no estamos en las nubes ni nada por el estilo, hacemos algo que nos ayuda a entender un poco qué pasa y sobrellevarlo. Si la poesía no está comprometida puede existir, pero a mí no me interesa mucho. No me hace gracia hablar de alcoholes y de pajaritos piadores. He sido peleón toda mi vida y me moriré siéndolo, qué le vamos a hacer. Es el momento idóneo para esta poesía. La prueba la tienes es que hay mucha producción poética en estos momentos. Lo que no sé es si hay tanto lector, pero producción hay mucha. Yo llevo más de 2.000 recitales de poesía, tanto mía como de otros poetas, y te das cuenta que la gente necesita poesía, pero bien dada, que se la lleven en condiciones”, describe. 

Jekyll y Hyde

A buen seguro también habrá tiempo y espacio para hablar de esa doble faceta del escritor que trabaja en solitario y del divulgador que siempre busca el contacto con los demás. “Debo ser una especie de Jekyll y Hyde porque me siento feliz y contento de estar solo para escribir en cualquier sitio, pero también en todos los recitales y actos colectivos que hago”.

“Durante muchos años he escrito de manera compulsiva, además en cualquier lugar. Cuando me enfrento al público también soy muy feliz porque estoy dando algo de eso que a mí me hace feliz por dentro. Es gratificante el poder llevar a la gente la poesía y al mismo tiempo me hace sentir muy bien el aislarme para escribir”, comenta quien acude a Vitoria invitado por el ciclo coordinado por Ángela Serna. “Lo curioso es que no nos conocemos personalmente. Nos hemos leído y oído, y estoy encantado por su propuesta”.