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“La gente se va a reír con ‘Los aitas’ pero también se va a emocionar un poco”

La actriz vitoriana Vera López Monreal es una de las protagonistas de la nueva película de Borja Cobeaga, estrenada en Málaga

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Sabe lo que es pisar el escenario pero Los aitas es su primera incursión en el audiovisual. “Creo que cuando me vea en la gran pantalla me voy a reír... es que no me lo creo del todo”, dice la actriz vitoriana Vera López Monreal. Ese momento se ha dado en el Festival de Málaga, donde se acaba de estrenar la nueva película de Borja Cobeaga. Hasta este momento, la intérprete alavesa no ha visto casi nada del filme, más allá de los habituales vídeos promocionales. Ahora, eso sí, es el momento del público, de que compartan su trabajo, máxime cuando la cinta llegue a las salas, miles y miles de personas. “Me da un poco de cosa pensar que me puede ver tanta gente”.

Junto a Sofía Otero, Irati Goitia Arraibi, Mara Garcés Renedo, Irati García Pérez y Aitor Sanz comparte la parte más joven de un reparto en el que figuran también Juan Diego Botto, Mikel Losada e Iñaki Ardanaz. Bueno, y Quim Gutiérrez, que interpreta, precisamente, al padre de la actriz vitoriana. “Pasábamos mucho tiempo juntos y fue muy majo conmigo”, sonríe López Monreal, aunque reconoce que no se atrevió a pedirle al actor el autógrafo que le había solicitado su verdadero aita.

Un viaje especial

López Monreal da vida en este filme a una de las componentes de un equipo infantil de gimnasia rítmica que se prepara, en la periferia obrera del Bilbao de finales de los 80, para participar en una campeonato en Berlín. La idea es que el viaje se haga con las madres, pero las circunstancias de la vida y del alcohol, terminan haciendo que esa tarea recaiga en unos padres que están interesados entre poco y nada por ese deporte y que están bastante distanciados de sus hijas.

Una escena de 'Los aitas'

“Creo que la gente se va a reír pero también se va a emocionar un poco porque hay algunas escenas que son un poco más dramáticas”, apunta la intérprete de 11 años, componente de la Escuela de Teatro Musical A(r)tea. “De pequeña siempre he querido ser actriz o trabajar en algo relacionado con las películas. Mi profesora de teatro musical, María Piérola, nos mandó un anuncio de un casting porque necesitaban niños y niñas para una película y me apunté”. Ahí comenzó un camino que se tradujo en un mes y medio de rodaje bajo las órdenes de Cobeaga. “A mí me gustó mucho porque no tuvimos que repetir las escenas demasiadas veces. Además, no te tenías que aprender el guion de memoria. Teníamos que entenderlo”.

“Actuando me sentí segura y feliz conmigo misma”, apunta, al tiempo que señala que su mejor recuerdo de aquellas semanas es “el poder conocer a todas las personas que me he encontrado en esta experiencia y cumplir un sueño que tenía”. Por contra, “lo más complicado fue aceptar que ya se había acabado el rodaje”.  

Preparando el rodaje

Lo cierto es que afrontar el papel le supuso recuperar sus inicios en la gimnasia rítmica, “pero se me daba fatal y me pasé al baloncesto”, sonríe. Tocó entrenar, y duro, para la película, una preparación en la que también le sirvió su experiencia en el teatro musical, aunque sean dos ámbitos diferentes.

Durante el rodaje, que en gran parte se produjo en las vacaciones escolares de verano, se instaló en Bilbao, a donde sus padres acudían dándose relevos para poder llegar a todo. También acudió al set en algunas ocasiones su hermano mayor –“me dice que está orgulloso de mí”–, sin olvidar a las amigas que iban llamando para ver qué tal la experiencia. Todo eso queda ahora atrás. Es el momento del estreno, de reencontrarse con el equipo en Málaga, que es lo que más le apetece. “Me encantaría repetir”, dice López Monreal, quien mirando al futuro tiene claro que “me gustaría mucho que el cine fuera mi profesión” aunque no sea justo como intérprete. “En lo que sea, pero en el cine”.