Mairi Maya: “Por ahora, el apellido no pesa”
La bailarina, hija del intérprete y coreógrafo Jon Maya, realiza una residencia especial en el José Uruñuela
A finales del pasado mes de enero se llevó a cabo en Bilbao la primera edición del Concurso Internacional Developpe, iniciativa impulsada por Igor Yebra y Jone Goirizelaia, con la idea de descubrir jóvenes talentos y ayudarles a impulsar su carrera. Entre quienes participaron se encontraba Mairi Maya, joven de Errenteria que, gracias a su paso por este certamen, obtuvo una beca para realizar una residencia formativa en el Conservatorio Municipal de Danza José Uruñuela, una estancia que justo estos días se está produciendo en la capital alavesa.
“La danza me alivia. Si tengo un runrún dentro, bailo y se me va. Si estoy estresada, me tranquiliza. Si estoy contenta, me hace sentir todavía mejor. Es una manera de canalizar mis emociones”, explica la bailarina de 13 años antes de comenzar la segunda jornada de su paso por Gasteiz. “Estar aquí me tiene que servir para aprender otras técnicas. Estoy muy acostumbrada a mis profesores y esto me ayuda a ver cómo dan clase otros y aplicar sus técnicas. Al final, cada profesor te da algo diferente”.
“Cada profesor te da algo diferente y estar aquí me ayuda a ver cómo dan clase otros y así poder aplicar sus técnicas después”
Asegura, quien también toca la txalaparta, el pandero y canta, que en el centro dependiente del Ayuntamiento de Vitoria “me han recibido muy bien, me he sentido muy bien acogida”. El trabajo es intenso y pasa, sobre todo, por sumarse a unas dinámicas que ya están en marcha en el quehacer diario del centro.
La pedagogía del dolor llega al Conservatorio Municipal de Danza José Uruñuela
“Lo que más me cuesta es la técnica. Tampoco empecé muy pequeña en el clásico. Comencé con nueve años y me cuesta un poco más pillar la técnica, la postura, los cambios de peso…”, define. Por contra, “lo que mejor llevo es poner un poco de mi personalidad en lo que hago”.
La danza se va de Erasmus con el José Uruñuela como punto de partida y llegada
Disfrutar del momento
Su agenda diaria pasa por acudir a la ikastola por las mañanas y dedicar las tardes a la formación cultural, que recibe tanto en Errenteria como en Pasaia. Esta estancia en Vitoria –en la que está acompañada “por mis aitonas”– es, por tanto, un paréntesis que volverá a repetirse a finales de marzo, esta vez en Zaragoza, donde trabajará más en danza contemporánea.
Tras la estancia aquí, ofrecida por el conservatorio a través del Concurso Internacional Developpe, Maya también acudirá a Zaragoza
Ella, que se encuentra en 2º de Enseñanzas Profesionales, no se plantea por ahora si quiere que la danza sea su profesión. “Por ahora, disfruto con lo que hago y me quedo con eso”, aunque ya ha actuado ante espectadores y reconoce que le gusta la sensación de “estar ante el público”.
Ella es espectadora desde muy pequeña. “La danza siempre me ha gustado”, más allá de que su madre es su profesora de danza y su padre el reconocido bailarín y coreógrafo Jon Maya. “A veces me preguntan: ¿no es por nosotros, verdad? No, no. Es que me gusta mucho bailar”. Eso sí, es consciente de quiénes son sus progenitores. “Por ahora, el apellido no pesa”, sonríe. “No hablamos mucho de esto. A veces les pregunto cosas, igual cuando tengo competiciones de euskal dantza o voy a actuar, pero poco más”.
Danza y dibujo se unen gracias al Uruñuela y Artes y Oficios
El futuro dirá. El presente pasa por seguir formándose, por esta rutina de “jornadas largas, sobre todo cuando hay exámenes” en la ikastola. “Allí sí te encuentras con gente que te dice que eso es aburrido, pero bueno, estoy acostumbrada. Pero a las amigas les gusta lo que hago”.
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