Sabían que les iba a costar, por atreverse con una de las obras más vanguardistas de Federico García Lorca, El Público, pero no imaginaban que tardarían más de un lustro en poder marcar la fecha de estreno.
Se trata del grupo de teatro aficionado Aimara de Amurrio que, por fin, a las 20.00 horas de este viernes y sábado, y por un precio de entrada de 6 euros, llevarán al escenario de Amurrio Antzokia el espectáculo que llevan gestando desde 2019 y con el que, en principio, querían haber celebrado su 25 aniversario en 2022.
“Teníamos ya adaptada una versión pero llegó la pandemia, se nos fue yendo gente del grupo y hubo que reescribir guion para adaptarlo a los que quedamos. Pero ahí no terminaron los problemas... así que se optó por retomar nuestro querido ladrón para celebrar las bodas de plata, y dejar para más adelante la, posiblemente, más rara y desconocida obra del granadino que, para nosotros, se ha convertido en la obra maldita, por el caótico proceso que hemos atravesado estos últimos cinco años para sacarla adelante”, ha explicado la portavoz de Aimara, Elisabet Anda.
Elenco
Junto a ella continúan viejos compañeros como Raúl Garcia, Bego Testón, Rufo-Grande García, José Ortega y Lydia Ríos, pero también han llegado caras nuevas como las de Jon Guerrero, Ainhoa Isasi y Mercedes Díaz, todas ellas dirigidas por Javier Liñera
“Somos muy conscientes de la suerte que tenemos de que siga con nosotros, pese a sus muchos proyectos. Once años hace ya del estreno de Yo soy la Revolución, nuestro primer éxito con él”, ha recordado Anda, en agradecimiento al creador de Barro Rojo o dos veces candidato a los Premios Max como autor revelación.
De hecho, su mano se nota y mucho en aquello de tocar temas poco convencionales. “Que nadie espere una comedia, ni tan siquiera un argumento al uso. El Público es una secuencia de escenas con una conexión que hay que buscar. Un sueño surrealista donde lo importante es ver lo que nos pasa en el teatro y no tanto lo que ocurre sobre el escenario”, ha advertido Anda; quien también ha avanzado que el “atrezzo es sencillo, pero original; y el vestuario, muy llamativo” y que es el primer montaje de Aimara que no se puede adaptar a espacios pequeños “no por lo que se ve, sino por lo que no se ve; y no puedo decir más, solo que necesito hacerlo ya para que se entienda, porque es algo absolutamente nuevo, y del que esperamos recoger las impresiones del espectador a la salida, sean éstas buenas o malas”, ha reconocido.
Vaya por delante también que Lorca escribió esta obra en torno a 1930 y con ella ponía en cuestión diferentes aspectos del teatro y de la realidad, de la identidad, del género, del edadismo, del amor, de lo revolucionario, que Aimara ha adaptado a nuestra época dando mayor visibilidad a la mujer.
“En el tiempo de Lorca la mujer y el amor entre mujeres estaba más que invisibilizado, pero todavía cuesta ver en escena esta temática, por eso hemos creído conveniente adecuar el texto a nuestra realidad y no solo mostrar el amor gay, sino también el amor lesbiano o el sexo y la mujer mayor. Es una pieza emocionante que canta al amor, al teatro y al público”, apuntan desde Aimara.
La pieza, de la que no ha llegado hasta nuestros días la versión definitiva del autor, empieza con un director que es cuestionado, tanto artísticamente como emocionalmente. “Le cuestionan que haga un teatro complaciente, que Lorca denomina teatro al aire libre, y que haya olvidado aquel otro teatro más comprometido con su tiempo que hacía, y que Lorca llama teatro bajo la arena. ¿Tiene que haber máscaras en el teatro? ¿En la vida? ¿Ocultarse es lo más conveniente?”, reflexionan desde Aimara, en torno a este personaje, que no quiere seguir sus pulsiones artísticas, pero tampoco las personales. Y es que este director está enamorado de un hombre y no es capaz de admitirlo. Así empieza la obra.