Historias que nunca se cuentan o de las que a veces se han escuchado solo algunas partes. Rumores o vivencias que al recordarse pueden parecer hasta contradictorias. En muchas familias hay situaciones parecidas cuando se habla de la memoria de quienes vivieron la Guerra Civil y los años posteriores. Ahí está el fundamento de Las niñas zombi, obra que, en el marco del Festival Internacional de Teatro de Gasteiz llega este miércoles a la capital alavesa.
“Nadie se llama Celso en Valencia”, dice con una sonrisa Celso Giménez. El escritor, creador y cofundador de La Tristura, ya cuando tenía más de 30 años, empezó a preguntarse la razón por la que tenía ese nombre. Recordaba haberle escuchado algo a su abuela siendo niño, pero poco más. En esa búsqueda íntima, familiar, propia, empezó a gestarse la idea de un montaje que el público va a poder compartir a partir de las 19.30 horas en el Félix Petite (centro cívico Ibaiondo).
Hacerse preguntas
Tiene claro Giménez que su creación y las reacciones que viene generando desde su estreno son un claro ejemplo de que “a la generación de nuestros abuelos y nuestras abuelas les hemos dado la espalda”. En este mundo que avanza tan deprisa y que durante mucho tiempo ha vivido desde el tabú la memoria de la guerra y la posguerra, la intención de la producción pasa por provocar en el público que se haga preguntas.
“Es evidente que vamos a ser incapaces de conocer todo, pero sí podemos servirnos, como hace la obra, de ese recurso poético y escénico que es la imaginación” para rellenar los huecos y tener una visión de lo que fue y, por lo tanto, de lo que es. En este contexto, el montaje sitúa al público ante una habitación en la que se reúnen los personajes interpretados por Natalia Fernandes, Teresa Garzón y Belén Martí Lluch.
En una estancia familiar contigua, sus padres y madres están teniendo una reunión familiar a cuenta de una herencia. Ellas aprovechan el tiempo poniéndose al día pero también para contarse historias de la familia, lo que han escuchado, lo que les han contado, lo que creen que tal vez pasó. Lo real y lo imaginado se dan la mano con la intención de responder a cuestiones sobre el presente. Así lo compartirán quienes acudan a la cita en el Félix Petite este miércoles.