Tras haber rodado tres semanas en Madrid, la producción Singular, el segundo largometraje del donostiarra Alberto Gastesi, ha saltado a Euskal Herria. Concretamente, este thriller de ciencia ficción “más latente que presente”, protagonizado por la ganadora de un Goya Patricia López Arnaiz y Javier Rey, continúa con su filmación en los alrededores de Legutio, en las orillas del embalse de Urrunaga.
A finales de este mes, volverán a viajar para terminar con el plan de rodaje en Donostia. Pero aún quedan dos semanas para ello.
En una de las idílicas penínsulas de este lago, al que se accede una vez pasado el caserío La Chopera, es donde ayer tuvo lugar una de las escenas de Singular, a las que pudo acceder la prensa.
En un entorno boscoso, a pocos metros del agua en la que se mecía una barca sobre la que también se rodará en próximas jornadas, López Arnaiz y Rey charlaban amigablemente y hacían bromas.
A pocos metros, Gastesi se encontraba preparado frente al monitor. Esperaban a que un técnico de iluminación, que oteaba el cielo midendo la luz, diese su visto bueno.
Querían evitar problemas de raccord lumínico, es decir, que no haya un salto de luz entre una escena y otra. “Tenemos una nube y parece que es grande, vamos a aprovecharla”, advirtió el técnico. Entonces, alguien gritó “¡Acción!”, después de que accionar la claqueta. Parece una película, porque es una película.
López Arnaiz se mete en la piel de Diana, una profesora universitaria especializada en inteligencia artificial que trabaja entrenando emocionalmente a una máquina. Rey es Martín, su expareja, también experto en el diseño de máquinas con alma.
Ambos se reúnen alrededor de un lago doce años después de su ruptura tras el fallecimiento del que era su hijo, para conmemorar que hubiese llegado a la mayoría de edad. Rey daba las réplicas a López Arnaiz, pero realmente en la escena, algo escorzada, sólo se la filmaba a ella.
He aquí la magia del cine, el contraplano de él ya había sido rodado para cuando llegaron los medios. Aunque se encontraban uno frente al otro, cada parte se guardó por separado. Volverán a unirse en el montaje y en la gran pantalla.
Terminó esa toma. Pero debían efectuar, al menos, una más. Pero nunca es una sola más. Y en esta ocasión, tampoco. Desde producción suplicaron a los presentes que apagasen sus móviles y que se quedasen quietos en el lugar, el mínimo movimiento, el roce con una rama o la pisada sobre el terreno con grava suelta podía ser captado por unos micrófonos increíblemente sensibles.
No obstante, la naturaleza se rebeló ante la petición: sonaban insectos y pájaros, sonaba la vida. Hubo más aves que también se resistieron al silencio. Eran metálicas y procedían del aeropuerto de Foronda, a trece kilómetros en línea recta.
El sonido de los aviones comerciales interrumpió varias tomas. López Arnaiz aprovechó uno de esos incisos para hacerle una consulta al director. Tenía que reaccionar a algo que le decía Rey y mirar a la barca atada en la orilla. No sabía si reaccionar al momento, esperar un poco o hacerlo disimuladamente.
Gastesi se acercó para darle indicaciones y así retomar la escena. Hubo que esperar a que se fuese el avión y a que volviese otra nube. Se acercaba el descanso para comer. Corten.
“¿Somos sustituibles?”
Una vez acabada la escena, la pareja de actores y el director atendieron a la prensa. Singular es el segundo largometraje de Gastesi, después de La quietud en la tormenta, que tuvo su debut en la Gala del Cine Vasco del Zinemaldia de 2022 y que mañana llegará a la plataforma de streaming Primeran.
Es su segundo largometraje, decimos, pero debió haber sido el primero, “estaba destinado a serlo”. Es, desde luego, el proyecto en el que lleva trabajando mucho tiempo. “Mi padre suele decir que ahora entiende lo que significa levantar una película”, rió el realizador.
Escrita a cuatro manos con el guionista donostiarra Alex Merino, Singular fue el ganador del Pitchbox de Sitges de 2019. Aquella experiencia y esa exposición fue la que permitió a la película acceder a White Leaf, que coproduce el largometraje junto a la donostiarra Vidania Films.
“¿Somos sustituibles?”. Esa es la pregunta “eterna, pero urgente” que, según el realizador, sobrevuela en esta película. Es lo que conecta la IA con la trama. Pero hay más preguntas: “¿Qué aportamos de distinto, que sea inimitable y que permanezca?”.
Diana y Martín deben enfrentarse a la pérdida de su hijo, en “un thriller que reinventa sus reglas constantemente”. En el caso del papel que interpreta Rey, “se ha quedado atascado en aquel lugar”.
Mientras que el de López Arnaiz, en apariencia al menos, ha conseguido pasar página y rehacer su vida. Pero “los fantasmas del pasado y la inteligencia artificial, quizá, tengan un plan conjunto”, anunció enigmáticamente Gastesi, sin querer descubrir ni hablar demasiado del personaje de Andrea, al que da vida Miguel Iriarte, y que dentro de este thriller se asemeja mucho al hijo fallecido.
El reencuentro de Diana y Martín se produce en la casa en la que pasaban los veranos en familia, cerca de un lago, este lago. “Hay una presencia que hará que todo salte por los aires”, avanzó cauteloso Gastesi. Habrá que esperar al estreno, previsto para 2025, para descubrirlo.