Poco a poco, la actual edición de Cita con la Poesía camina hacia su final. Llega este viernes su penúltimo encuentro con el público, contando esta vez con la escritora granadina Teresa Gómez. La autora acude por primera vez a la propuesta que, como es habitual, se desarrollará en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa.
“El lenguaje poético rompe los esquemas de la razón para acercarse a la emoción; así que espero que el público de Vitoria se sienta emocionado”
Será a las 19.00 horas cuando tenga lugar un recital que se ha querido bautizar como Licor y chocolate. Así se titula un poema muy emblemático para la creadora de Puebla de Don Fadrique, así como una reciente plaquette –publicación de tamaño pequeño– ilustrada. “Parto de la base de que los poemas no están acabados hasta que el público no los hace suyos. Así que espero que mis poemas salgan más elaborados de Vitoria. El lenguaje poético rompe los esquemas de la razón para acercarse a la emoción y me encantaría que la gente se sintiese interpelada y emocionada”.
A lo largo de esta Cita con la Poesía, Gómez hará un repaso a momentos de su trayectoria, que es “es amplia pero lenta”, sonríe. Desde referencias a sus primeros libros hasta la presentación de poemas inéditos, “espero que la gente pueda sentir cómo ha evolucionado mi voz poética, cómo los diferentes temas han ido trabajándose dentro de mi poesía”, explica.
Su último libro es Plaza de Abastos, que salió en 2022 aunque llevaba acabado desde 1986. Eso sí, en este 2024 son varios los caminos que está siguiendo su creación, también a través de terceros. Es el caso del libro de autor en el que la pintora Lola Castejón ha interpretado uno de sus poemas. O de la exposición de Vidal Hurtado, quien ha convertido versos en obras de cerámica. Ella, por su parte, prepara un otro poemario para 2025.
Hacia una poesía más social
En el recorrido que se hará el viernes, el público encontrará a una creadora con una personalidad “que no ha cambiado mucho a lo largo de la vida, más allá de que es verdad que no mira el mundo igual una chica de 20 años que una señora de 60”.
A esa evolución se une que “quizá, con el tiempo, mi poesía se ha ido haciendo más social y más crítica. Cuando miro a mi alrededor y veo este mundo tan desquiciado, en el que la desigualdad impera entre el silencio y la indiferencia, siento que el poema pude servir para sacudir la inactividad que domina la sociedad”.
“En Granada raro es el día que no hay cuatro actividades en torno a la poesía; es una ciudad que invita a soñar, a mirar, a contar…”
Así lo hace partiendo de la base de que “la poesía es más necesaria que nunca; o, por lo menos, tanto como siempre”. Eso dentro de una contradicción entre el mundo en el que ella se mueve y el que asoma desde fuera. “Desde dentro, siento que la poesía está en un momento floreciente. Luego veo que lo habitual discurre por otros derroteros donde la poesía casi no tiene espacio”.
No así en su Granada de procedencia, eso sí. “Es tan bonita que invita a soñar, mirar, contar…”. Tal vez por ello la gran cantidad de firmas que allí florecen. “Como hay muchos escritores, hay muchas actividades en torno a la poesía y eso invita a compartir, leer y escribir todavía más. Se ha generado una dinámica por la que es raro en Granada el día que no hay cuatro propuestas en torno a la poesía. De hecho, hace un año se hizo una antología y se recogió la obra de 150 poetas de la ciudad... y seguro que faltaban”.