Una solarigrafía es una imagen de muy larga exposición que capta el movimiento del sol por un punto determinado durante un tiempo amplio. En el caso de la portada de GAP (Erraia), Alejo Moreno toma como referencia el Casco Viejo de Gasteiz y un periodo de seis meses. Ninguna de las dos elecciones son una casualidad a la hora de ilustrar la presentación visual del nuevo disco del cuarteto Konpost.
Es en la colina donde Bingen Mendizabal, Txerra Bolinaga, Ruben Sanchez y Jon Aranburu comparten conversaciones, vivencias, conciertos, pensamientos, risas... y también local de ensayos. Son seis meses, día arriba o abajo, los que llevó componer las siete canciones que componen este segundo disco, temas que responden a a la forma de estar y pensar de cada uno durante ese periodo, con momentos más reivindicativos, otros más vacilones, otros más tranquilos, otros...
Así, el disco se presenta como una foto del grupo, como una solarigrafía de estos cuatro creadores y amigos. “Es un álbum que responde a las sensaciones que tuvimos durante estos seis meses”, apunta Aranburu. “El disco anterior sí que tiraba más al humor. Tenía más vacile. Igual en este, la gente hay más reflexiones que el público escuchará con una medio sonrisa”, describe en torno a un trabajo con versión digital y también formato físico.
Eso sí, el cuarteto ni quiere ni puede ocultar ese lado más, por así decirlo, canalla. Tal vez, quienes no sean usuarios de los gimnasios o de los centros cívicos no hayan caído, pero el título del disco hace referencia al entrenamiento Glúteos, Abdomen, Piernas. “Es un cachondeo pero es cierto que hace un par de décadas a ninguno se nos hubiera ocurrido vernos como estamos ahora, acudiendo a hacer pádel o similares porque ya somos unos cuarentones y unos cincuentones”, sonríe Aranburu. En torno a ello se ironiza, por ejemplo, en la canción que cierra el trabajo, Hauster.
“Escaparate imprescindible”
A la espera de ir confirmando fechas dentro y fuera de Álava, esta segunda referencia de la banda gasteiztarra tendrá su puesta de largo, en lo que al directo se refiere, en la inminente Azoka de Durango. En concreto, el concierto se producirá el próximo 6 de diciembre.
“No es nada sencillo poder tocar allí” reconoce Aranburu. Son muchos los grupos y artistas con el mismo objetivo. “Para nosotros un escaparate como Durango es imprescindible para dar a conocer nuestras canciones”, también aprovechando la repercusión en redes sociales y la emisión de las actuaciones en Internet.
Además, la banda no pierde de vista que “nosotros cantamos en un idioma minorizado y lo hacemos desde una ciudad en la que no podemos decir que el euskera sea mayoritario”. Así que se quiere aprovechar esa primera actuación al máximo, más allá de que Konpost sigue siendo y será, ante todo, “cuatro amigos que nos juntamos” siendo “la música un fin”.
Gakobeltz y Jonan Ordorika
Lo cierto es que desde el primer concierto en el Parral hace más de cinco años hasta ahora, el grupo ha tomado un cuerpo y un empaque que es evidente. Así queda reflejado en un GAP grabado el pasado mes de febrero en Gakobeltz Hit Faktoria, con Joseba B. Lenoir y Miren Narbaiza como productores.
“No acudimos donde ellos solo por amistad, aunque la haya y mucha”. Se buscaba una “visión externa” que aportase, además por parte de un proyecto como el de Durana, “que está creciendo mucho y que está haciendo las cosas muy bien”. Tras el paso por este estudio, la masterización del trabajo, como pasó con su primer disco, quedó en manos del fallecido Jonan Ordorika.
“Tenía una visión de la música de Euskal Herria privilegiada porque escuchaba los discos antes de que se publicaran. Te hacía sentir como si hubieses sacado el mejor álbum del año. Te hacía sentir especial. Eso en un momento en el que estás sacando algo tan personal como un disco se agradece mucho. Ahora nos sentimos un poco huérfanos”.