El Festival Internacional de Teatro de Vitoria vive este sábado el estreno en Euskal Herria de Bidaia, un espectáculo que no es solo un concierto, una producción vasca y alemana donde se unen la música, la palabra y la danza. La cita será en el Principal a partir de las 19.30 horas, quedando todavía algunas entradas disponibles.
"Mis hijos me dijeron un día que tenía que ver La casa de papel para ver a una determinada actriz", recuerda el músico y profesor alemán Marcus Englert. Así descubrió a Itziar Ituño. Eso le llevó a curiosear por Internet y encontrarse con vídeos de Dangiliske, proyecto en el que la intérprete de Irati también desarrolla su faz de cantante. "Me decidí a mandarle un mail a su representante" y ahí empezó "todo un viaje" que más de dos años después ha cristalizado en esta aventura.
Fue el arranque de una aventura en la que se terminaron involucrando Alos Quartet e Hika Teatroa, conformando una gran familia artística separada por más de mil kilómetros de distancia pero unida por la cultura. El concepto del viaje, del físico pero también del conceptual, se encuentra atravesando toda esta iniciativa que se estrenó hace unos pocos meses en Alemania y que ahora hace lo propio aquí.
Una docena de personas (entre músicos, bailarines y actores) se van a subir al escenario del Principal para dar vida a una propuesta en la que se interpretan canciones y textos en castellano, euskera y alemán. Todo ello sobre la base del pop, el rock y notas del folklore vasco. "Es algo mágico lo que sucede en este espectáculo", apunta una Ituño que reconoce que cuando arrancó la iniciativa, "pensé: ¿Dónde voy yo cantando en alemán?".
El viaje de la vida
"El espectador va a viajar" y lo va a hacer "hacia el interior, por la vida, llevando cada uno su propia maleta", más allá de que Englert describe que "aunque estamos hablando de temas profundos, el concierto se hace de manera amena y entretenida". Así lo van a comprobar quienes acudan al Principal este 4 de noviembre.
De hecho, como como recuerdan Agurtzane Intxaurraga, (responsable, desde Hika, de la dirección de escena y de la dramaturgia) y Lorena Nuñez (Alos Quartet), el primer encuentro con el público en Alemania "fue un sueño hecho realidad" con el que los espectadores conectaron al momento. "Cuando estábamos sobre el escenario nos dimos cuenta de que lo habíamos conseguido, que es algo que no teníamos tan claro al principio", sonríe la viola.
Lo cierto es que la distancia y los compromisos de cada uno han hecho que haya sido casi imposible desarrollar ensayos al uso. En tierras alemanas, antes del estreno, se realizó una concentración de seis días, y ese fue todo el periodo de ensayo presencial. "Fue como cuando éramos jóvenes y estábamos en los udalekus", ríe Ituño. "Esa convivencia nos sirvió para subir a las tablas y solo con mirarnos, ya estar seguros". De hecho, como apunta Englert, "esta aventura es un gran ejercicio de confianza".