Confiesa que no le gustaban los gatos. “Ahora me pueden preguntar lo que sea, que parece que hasta tengo uno”, dice con una sonrisa Macarena Domaica Goñi. Lo cierto es que la escritora y periodista gasteiztarra ha convertido a una gata en el eje central de su tercera novela, Sabia (Ediciones Passer). Ella lo desbarata todo y en torno a ella giran todos los personajes.

“Es un tanto chulita, cínica, orgullosa, altiva”. Así la define su creadora. Es esta gata singular la que provoca que su dueño, el otro pivote de la historia, abandone todo en Vitoria para salir corriendo hacia Madrid. Quienes hayan leído el primer libro de la autora vitoriana, Brujas bailando el tango, ya conocen a Fernando. Aquí aparece ya convertido en un científico que, como es propio del momento, está estudiando la vacuna contra el covid.

De hecho, el contexto del argumento se sitúa en 2021, en el segundo año de la crisis sanitaria –cuando ella publicó su segundo libro, Mzungu - Mujer blanca extranjera– y lo hace con toda la intención. “No ha pasado tanto y parece que se nos ha olvidado que íbamos todos con mascarilla por la calle. No quiero que pasemos página tan pronto” y así “todas las relaciones entre los personajes son en tiempo de pandemia: con mascarillas, con la expresión facial muy limitada, con distancias, con…”

Aunque la novela no trate sobre el covid de manera central, “ me parece que ha habido tanto sufrimiento, tanto dolor, que no se puede dejar pasar. La novela está dedicada a mi madre, que falleció el año pasado, y a las víctimas de la pandemia”, sobre todo pensando “en quienes murieron solos, sin poder despedirse de los suyos”.

De Vitoria a Madrid

Dentro de ese momento preciso, el libro arranca un día que Fernando llega a su casa. Pasa algo con la gata que le lleva a salir corriendo, a dejar atrás a su mujer, su hogar y a Gasteiz. Se va a Madrid, donde tiene una posibilidad de trabajo, sin poder o querer entender lo que ha sucedido. Aquí se inicia un viaje al que Domaica Goñi invita a quienes se asomen a las páginas de Sabia.

A cualquiera le puede suceder que le ocurra algo que le lleve a replantearse todo en lo que cree. A veces el ser humano es demasiado rígido y eso “no nos deja vivir, nos genera mucha tensión”. Ahí, la escritora defiende la necesidad de la duda. “A Fernando le humaniza”. En este punto, además, aparece otro de los fundamentos del libro, la importancia de las segundas oportunidades. “Nos las tenemos que regalar a todos los niveles de la vida”.

Así se construye una novela “que lees con una sonrisa, que está hecha para disfrutarla” a través de “diálogos muy vivos” y “personajes entrañables”. Un libro en el que también la escritora se sirve de varios personajes para ahondar en su propósito en pro de la diversidad de la sociedad actual. De todas formas, ahora es el momento del público. “Yo disfruto mucho escribiendo; el proceso es el regalo”, un presente que compartir ahora con terceras personas. De hecho, la publicación ya está disponibles, aunque todavía no hay fecha fijada para la presentación oficial en la capital alavesa.