"No es el primer ochomil que afronto, pero no de este calibre”. No, Alberto Itoiz no habla de montañas, sino de música, pero el paralelismo viene a la perfección en este caso.

Este miércoles, el aula magna del Conservatorio Jesús Guridi acoge la última de las actuaciones gratuitas que la Banda Municipal de Gasteiz está realizando este mes, recitales con un carácter especial y diferente a la temporada de abono.

Alberto Itoiz y la Banda Municipal de Vitoria ofrecen este miércoles un concierto especial en el Jesús Guridi Alex Larretxi

En esta ocasión, se va a incluir el Concierto para flauta de Aram Khachaturian, aunque en su versión original esta obra está escrita para violín.

“Por su dificultad y duración, no es nada fácil que la obra de Aram Khachaturian se suela interpretar en concierto”

Bajo la batuta de Luis Orduña, Itoiz, con la compañía del resto de quienes componen la centenaria agrupación vitoriana, afrontará todo un reto. “Igual es la única vez que toco esta pieza en mi vida”, apunta. Una ocasión que compartir con el público a partir de las 19.30 horas.

Siendo el acceso libre hasta completar el aforo, el recital comenzará con la conocida Danza del sable del mismo autor y se completará con Gna, Gna (de Armenian dances), de Alfred Reed. En medio se dará paso a ese ochomil de la flauta con el que se redondeará una actuación bautizada como Una mirada hacia Armenia.

En 1940, esta pieza se compuso para violín y orquesta, aunque unos años después, su autor le propuso al flautista Jean-Pierre Rampal que interpretase la obra con su instrumento.

Fue en 1968 cuando se estrenó la versión, ampliando así el repertorio de flauta travesera. En total, son 40 minutos de duración.

“Por su dificultad y duración, no es nada fácil tener la posibilidad de interpretarla en concierto”, explica Itoiz. Lo que también hace que sea poco conocida por el público.

“Para el público no es nada exigente, al contrario. Está llena de música popular y de folklore armenio y enseguida te llama”

Dificultades

La interpretación “es especialmente difícil desde un punto de vista técnico. Son 40 minutos prácticamente sin interrupciones. Es algo muy cañero que supone mucho desgaste”, describe el intérprete, que reconoce que algún compañero le ha preguntado “que qué necesidad tengo de meterme en esto”.

Pero es que “es algo personal. Estamos hablando de obras que se tocan en contadas ocasiones y no siempre tienes ocasión”.

Alberto Itoiz y la Banda Municipal de Vitoria ofrecen este miércoles un concierto especial en el Jesús Guridi Alex Larretxi

De todas formas, no es el único handicap que existe a la hora de afrontar esta propuesta. “La obra, por su duración, ocupa casi todo el programa de un concierto y, por lo general, los directores no suelen verlo claro”.

A eso se une que la pieza tiene que ser comprada o alquilada para ser ofrecida al público y no siempre es fácil convencer a una agrupación de ello.

Por suerte, tanto la Banda como Orduña están acompañando a Itoiz en este reto. A lo largo de la actuación, “tienen mucho protagonismo el fagot y el clarinete, por ejemplo, y la verdad es que de momento nadie se ha quejado entre mis compañeros, pero sé que están estudiando mucho”, sonríe.

Al fin y al cabo, todo tiene que estar perfecto para la actuación de este miércoles. Todo se hace para los espectadores. “Para el público no es una composición nada exigente, al contrario. Está llena de música popular y de folklore armenio y enseguida te llama. Tiene mucha energía y atrae”. Así pasará en el Jesús Guridi.