El próximo agosto se cumplirá una década desde que el mundo rockero, sobre todo el ligado a la capital alavesa, se vio obligado a despedir a uno de sus hijos más queridos: el cantante y guitarrista de la histórica banda de rock y blues, Reverendo Parker, y miembro también del proyecto de hard rock Stone Keys o de la banda de versiones de clásicos del rock and roll Free&Fools, Raúl Aransáez. Tenía solo 45 años, cumplidos justo cuatro días antes (2 de agosto de 2013), y el sueño de convertir su negocio hostelero, el aún existente Compay Guitar Café de Reyes de Navarra, en un bar referente de tributo a las guitarras.

Mesas en forma de guitarra en el Abisinia. | FOTO: PILAR BARCO

En ello andaba, de hecho, cuando le sobrevino el final que a todos y todas nos depara, aunque su huella, y la de su proyecto continúa. “Cuando abrimos el bar en el año 2001 se llamaba Compay Café, pero a Raúl se le ocurrió decorarlo con guitarras, muchas de ellas muy rudimentarias, ya que las conseguía del periódico alavés de anuncios clasificados Kalea (que cerró en 2018), que para tocar no, pero para lucir en la pared sí servían, y así empezó la colección, de la manera más tonta”, recuerda su socio y amigo, Txuma Acosta.

Las tres primeras fueron imitaciones de algunas de las seis cuerdas más célebres del rock. En concreto, una de caja tipo Elvis, la mítica SG Gibson del guitarrista de AC/DC Angus Young y, ¡cómo no!, una Stratocaster. El modelo de guitarra eléctrica preferido por gigantes del género, tales como Jimi Hendrix, David Gilmour, Eric Clapton, Stevie Ray Vaughan, Ritchie Blackmore, Mark Knopfler, Jeff Beck, Rory Gallagher o John Frusciante de Red Hot Chili Peppers, por citar alguno. “A la clientela le gustó la idea, comenzó a correrse la voz y la gente nos empezó a traer más instrumentos. Todo ello motivó añadir lo de Guitar al nombre del local. Cuando falleció Raúl creo que teníamos como una veintena de guitarras de todo tipo, una batería y hasta una pared de vientos, en honor al jazz, con trompeta, saxofón y trombón o una tuba, no recuerdo bien, sí que Rober (nuestro otro socio) fue a por ellos a una subasta de segunda mano en Zaragoza”, apunta.

Las mesas

El siguiente paso dentro de aquel proyecto en el local de Zaramaga fue lograr un mobiliario acorde y ahí entraron en escena más amigos músicos de los fundadores del Compay Guitar Café, tales como el difunto Juan Carlos Rodríguez Conde del no menos mítico pub 1900 de Zapatería y bajista de The Waltrapax o BO2, y Pedro Fernández Iradier (batería de bandas también históricas del rock gasteiztarra como los ya citados Reverendo Parker, The Waltrapax y BO2, así como de Rock Dam, Piruleta de Hormigón, e incluso Cicatriz en su última gira, por citar alguna).

“Ellos nos hicieron las banquetas y mesas con forma de guitarras, que hoy día se encuentran en el bar Abisinia”, señala Txuma Acosta, en referencia al local de la calle Kutxa 2 (Aldabe), especializado en cerveza artesanal y música en directo. De hecho, “decidimos llevarlas allí porque pegaban mucho con los conciertos, solo este año ya llevamos más de 80 actuaciones”, subraya.

Y es que tras la muerte de Raúl, el local de Reyes de Navarra se traspasó tras sacar su contenido. “La batería no se si se dejó allí, la sección de vientos se tiró porque no era aprovechable y el mobiliario, salvo dos o tres banquetas que conservo en Lagrange (calle Músico Mariano San Miguel, 3), se trasladó al Abisinia”, recuerdan. El grueso de la colección de guitarras, en cambio, pasó a decorar, junto a vinilos, el techo de la citada cervecería de Judimendi, donde también luce en sus paredes un enorme mural hecho a partir de una fotografía de Raúl Aransáez tocando su guitarra. “Son todas las eléctricas que coleccionamos en Compay y, en todos los casos, se trata de imitaciones de marcas míticas. Las acústicas no las colgué, tenía intención de quedármelas, hasta que hace poco decidí donar una al bar Gros de Salburua, para que completasen su mural dedicado al rock y heavy metal surgido en nuestra ciudad desde los años 80”, explica Acosta.

La Fender del Gros

Se trata de una Fender auténtica que pertenecía a Raúl. “Sé que a él le gustaría que una guitarra suya estuviera en un local que ha apostado por el heavy rock-metal y en el que se valora el género que le gustaba, pudiendo oír Iron Maiden, ZZ Top o Guns N’ Roses, hasta en el desayuno. Mejor allí que en mi casa haciendo el tonto, y no me arrepiento, la han puesto hasta vitrina como la joya que es y han sabido valorar”, apostilla.

En concreto, el local del Paseo de Estrasburgo 17 ha logrado hacerse un hueco entre los templos del rock de Gasteiz, pese a la pandemia y su corta vida. Y es que el colgado de la guitarra donada lo han hecho coincidir con la fiesta de su segundo aniversario, celebrada el primer fin de semana de julio y en el que llevaron a cabo una ruta motera, varios conciertos y una rifa de premios solidaria con una joven asidua al local, que se ha quedado en silla de ruedas a consecuencia de una gripe B y necesitaba fondos para adquirir los aparatos que le harán más fácil adaptarse a su nueva vida.

En el interior del Gros, la Fender acústica de Raúl Aransáez se codea junto a fotografías de grupos que representan lo más granado del heavy metal de nivel internacional, con nombres que van desde Dio, Udo, Doro, Ozzy y Lemmy de Motorhead, hazta ZZ Top, Judas Priest, Iron Maiden, Arch Enemy, Kiss, Hollywood Vampires o Helloween, pero también con el ayer y hoy del rock alavés mediante imágenes, cedidas por los propios grupos, entre los que se encuentran desde S.A., Childrain, Grendel, Delion, Dinky Dau y The Faithless, pasando por T-TreintayCuatro, Unbound, Herra, Izate Faltsua o Nuclear Revenge, y las guitarristas Elena Sánchez y Cynthia Chavarri (13 Left to die), hasta los pioneros Osiris, Forjas Alavesas, Piruleta de Hormigón, Pléyade, BO2, UTM, Rock Dam o la banda en la que militaba el guitarrista Raúl Aransáez, Reverendo Parker. Sin duda, una guitarra suya en el local ha supuesto poner la guinda al pastel.