Hablar del trabajo, del mundo obrero y también del sector artístico, y hacerlo como mujeres del hoy partiendo de las mujeres del ayer. En el origen del proyecto está una fotografía que se encuentra en el Archivo Municipal de Gasteiz, Pilar Aróstegui. Está tomada por Arqué en diciembre de 1962, en la empresa de sacos Ibensa. Casi 60 años después, la exposición Mujer/Máquina/Fábrica se hace realidad entre las paredes de la sala Amárica. Una muestra colectiva en la que toman parte once artistas reunidas para la ocasión por el colectivo Artxibo, conformado por Sara Berasaluce Duque y Tamara García Iglesias.
Irati Cano, Irene Zottola, Laia Abril, Maider Aldasoro, Toia Bonino, Maider Jiménez, María Alcaide, Rocío Bueno, Rosa Neutro, Yone Estivariz y Zaloa Ipiña son las creadoras que han generado nueva obra tomando como referencia fotografías seleccionadas por Artxibo de los fondos del Archivo Municipal de Vitoria, al Archivo Municipal de Bilbao y la Fototeka de la Fundación Kutxa de Donostia.
Tras pasar por Madrid, la muestra llega ahora a la capital alavesa, donde se va poder ver hasta el 15 de octubre. Dividida en dos partes, por un lado se comparten esas imágenes rescatadas del pasado, instantáneas que fueron tomadas entre las décadas de los años 40 y 60 del siglo pasado. Por otro, aparecen las obras –fotografía pero también vídeo e instalación– generadas en este momento a partir del ofrecimiento del proyecto.
“No solo hay reinterpretaciones. Las imágenes de los archivos han servido como punto de partida”, como elemento inspirador para tratar el concepto del trabajo y del género en el ámbito laboral, y a partir de ahí hablar de otras cuestiones, desde la conciliación hasta las propias condiciones a la hora de desarrollar su profesión de las artistas y de quienes se mueven en el mundo de la creación artística.
Condiciones laborales
Más allá de las diferentes capas que componen la exposición, tres son las ideas básicas que guían Mujer/Máquina/Fábrica y todas ellas tienen al trabajo como nexo de unión. Por un lado, se plantea un debate sobre los derechos laborales en la actualidad, sobre cómo después de muchas luchas y sacrificios, en la sociedad presente parecen desaparecer diluidas las conquistas realizadas.
Por otro, se mira a la invisibilización que, de manera constante, sufre la mujer trabajadora, también dentro de ese proceso inacabado de luchas y conquistas. A ello se une una mirada al trabajo en el arte. En el ámbito artístico “las condiciones laborales pasan a ser un objeto de estudio de imagen o narrativo, y no algo que nos atraviesa”.