Último concierto en el Principal y además muy especial por varios motivos. El primero, no hay que olvidarlo, es que el teatro y el Festival de Jazz de Gasteiz separan sus caminos, además, por lo menos a día de hoy, no se sabe por cuánto tiempo. La reforma del edificio va a suponer el cierre de sus puertas y, por lo tanto, el evento va a perder una de sus dos sedes referenciales.

El segundo se ha dado este sábado por la tarde por la presencia del guitarrista brasileño Yamandu Costa. Desde el pasado lunes, por el espacio de la calle San Prudencio se han vivido propuestas de lo más diferente en formas y fondos, y este broche no podía faltar a esa línea. A solas con su instrumento de siete cuerdas, el músico se ha asomado a un teatro con más de la mitad de aforo, consiguiendo la mejor entrada de este año junto a la de Marco Mezquida y Moisés P. Sánchez el miércoles.

No en vano, esta actuación, desde que se abrió la taquilla del Principal, era la que más tirón estaba teniendo y eso que, por lo general, al público más mayoritario le suelen asustar un tanto los conciertos con un único instrumento. Se tiende a pensar que pueden terminar siendo repetitivos o poco variados.

La experiencia demuestra que no es así, que quien da ese paso de encontrarse sin con el personal con más compañía que, en este caso, una guitarra, sabe a la perfección cómo desplegar todo un abanico de argumentos para atrapar al espectador. Musicales pero también personales, porque Costa ha estado cercano y divertido en todo momento.

El músico es un experto en estas lides. Por supuesto no rechaza la compañía de otros. Hay buenos y varios ejemplos de ello. Pero solo con su guitarra es capaz de establecer muchos diálogos a los que el público siempre está invitado. Así lo ha demostrado en la capital alavesa, en un Principal que ha estado por la labor de dejarse llevar por esa propuesta que bebe no solo de los ritmos brasileños, que se nutre de la cercanía, de la calle, del contacto, de la música popular, para crear sonidos propios, únicos. No hay que confundir sencillez con simpleza. 

Hasta ha cantado. Aunque no ha podido estar a la altura de la sorpresa final para el público. Sílvia Pérez Cruz se ha subido al escenario para cantar dos temas con él. Y eso, sin conocerse de manera previa en persona.