Díaz Olano, Amárica, Villegas y Cordero, Barbasán, Zuloaga, Maella... Son varias y diferentes las conexiones que se podría establecer entre ellos y también entre sus obras. El Museo de Bellas Artes de Álava propone, "aunque todo está abierto", su propia relación entre todos ellos y el resto de creadores pintores en la exposición Interconectadas, que se puede ver hasta el próximo 31 de enero de 2024.
La intención del museo pasa por poner en contexto los nuevos ingresos que ha recibido en los últimos años y ponerlos a dialogar con obras ya pertenecientes a los fondos forales pero tal vez no tan vistos como otros. Criterios cronológicos, estilísticos, temáticos y geográficos se han utilizado para generar esta conversación a diferentes bandas a la que está invitada el público.
Se busca, además, poner en valor el hecho mismo del coleccionismo y la responsabilidad que un museo tiene a la hora de conservar, documentar y divulgar el patrimonio cultural de la sociedad a la que pertenece, también pensando en las generaciones futuras. De ahí, esta invitación ubicada en la zona de entrada al Bellas Artes, una especie de tarjeta de presentación para adentrarse todavía con más alicientes a todo aquello que muestra el Palacio Agustin Zulueta.
Solo una compra en estos años
La muestra colectiva parte de una idea básica: compartir parte de las obras que se han ido sumando a la colección alavesa que guarda el museo en los últimos años. Son piezas que llegan gracias a diferentes canales que no son la compra directa, puesto que el Bellas Artes de Álava, como el resto de la Red Foral de Museos, ha tenido hasta hace no tanto tiempo prohibido adquirir creaciones. La excusa, la crisis económica de 2008.
Aunque ese veto está ya levantado, solo una obra de las que se muestra aquí ha llegado al espacio mediante compra. Se trata de Recuerdos de La Granja, de José Villegas. El resto forman parte de los fondos a través de donaciones, depósitos temporales y legados testamentarios. Por eso, una de las intenciones del museo a la hora de hacer esta exposición es también compartir su agradecimiento a las familias y personas que han confiado en el Bellas Artes a través de cualquiera de estos caminos.
A partir de ahí, la exposición se divide en diferentes partes (Neoclasicismo. En nombre de las luces, El retrato y el espíritu romántico, En busca de inspiración. Paisajes y costumbres, Álava, vínculo entre pintores, Retratos familiares, y Nuevos 'zuloagas' en la colección) que también se conectan entre sí.