Decenas de cuadros e ilustraciones inundan la sede de Tatuajes Néstor en la calle Navarro Villoslada. “Son todos de la pandemia, con algo tenía que llenar las horas”, sonríe Néstor Corral Sáez de Viteri. Eso sí, se los reclaman para hacer exposiciones lejos de Gasteiz. “Tengo que buscar un lugar aquí, es verdad”. De momento, en su agenda tiene marcado en rojo este sábado. Mientras su habitual lugar de trabajo descansa, el Urban Rock Concept será escenario de un festival de acceso gratuito muy especial.
Fue ayer cuando su proyecto cumplió 30 años. “Cuando empecé a trastear nunca pensé que esto fuera a ser mi modo de vida”. Con este motivo, el tatuador y artista, gran amante de la música, propone este 22 reunirse en el espacio de Portal de Gamarra en torno a los sonidos de las bandas vitorianas Crazy Keys y The Gold Phones. Será a las 19.00 horas cuando se abran las puertas, aunque el primero en subir a las tablas será el actor y humorista Iñigo Salinero. Con risas comenzará todo, además contando en esta parte con alguna que otra sorpresa. No se puede decir más.
Ya a partir de las 21.00 horas será cuando llegue el momento de la música en directo. Los primeros en hacer acto de presencia serán Jonhy (voz y guitarra), Iker (bajo) y Celia (batería), es decir, Crazy Keys. El grupo, que terminó 2022 lanzando el vídeoclip de Cruel Paraíso, publicó hace un par de años su segundo disco, Mystical. Después será el turno de The Gold Phones, aunque entre medio también habrá tiempo para otras propuestas, como un singular photocall o el trabajo a los platos de los Dj Peru, Padilla y Kaspa.
“Es una cita abierta a toda la gente que le guste la música y pasar un buen rato. Es mi forma de agradecer la confianza después de tantos años” y de compartir, también en el plano solidario ya que la asociación Aspanafoa también estará presente con un puesto informativo. “Prepararlo todo está siendo un poco locura, menos mal que estoy delegando”, sonríe.
Mucho que celebrar
Recuerda Corral Sáez de Viteri aquella primera máquina que se compró para empezar a “trastear”. Se vendía por piezas “y cada mes llegada de Inglaterra un trozo”. Desde hace 17 años, su camino se hace desde Navarro Villoslada pero antes su estudio ha estado en otros puntos de la ciudad, de manera fundamental en el Casco Viejo.
“Hace 30 años no era para nada común que la gente se tatuara. De hecho, ibas por la calle y notabas que había gente que se cambiaba de acera si te veía tatuado. Hoy lo raro es encontrarte con alguien que no tenga un tatuaje, por pequeño que sea”, apunta quien no solo desarrolla su trabajo en la capital alavesa pues es invitado de manera habitual a acudir a otros países como Alemania. “Es donde aprovecho a tatuarme yo, aunque cada vez tengo menos hueco libre”.
Todo ha cambiado en este tiempo. Por eso también ha sido necesario no parar de formarse para estar al tanto de nuevos materiales, técnicas y utensilios. Además, ha habido que adaptarse a los usos y costumbres. “Antes igual las mujeres como ahora. Hoy están más tatuadas que muchos hombres”. Es un ejemplo. Otro, las zonas del cuerpo. “Hace 30 años eran muchas las personas que se hacían pero en zonas que sabían que de normal no iban a mostrar. Ahora hay quien te pregunta si se puede tatuar las uñas”.
Aunque hoy hay más competencia, “también hay más demanda” y él no para. “Voy por la calle y conozco a mucha gente que ha pasado por aquí”. No faltan músicos, como pueden atestiguar The Gold Phones. O deportistas del Alavés o del Baskonia. “Viene gente de todo tipo desde los 20 y pico hasta los 60 años, aunque ha habido personas rondando los 80”. Para todos, y para los que no están tatuados, el sábado en el Urban, los sonidos están servidos.