La espera, a más de uno, se le está teniendo que hacer eterna. El concierto se anunció a finales de julio del año pasado y las entradas se pusieron a la venta el 2 de agosto, unos pases que duraron solo 30 minutos. De aquello han pasado cinco meses, pero por fin, Fito & Fitipaldis llegan hoy al Principal. Va a ser un concierto exclusivo, siendo Gasteiz la única ciudad de Hegoalde donde los de Cabrales solo van actuar una vez dentro de esta gira de teatros y auditorios que comenzó el pasado otoño.

Como está sucediendo en todo este tour, no queda ni un solo hueco. Esto no debería sorprender a nadie teniendo en cuenta el tirón del proyecto musical que lidera el cantante, guitarrista y compositor, pero tampoco hay que olvidar que las entradas estaban a la venta por 80 y 75 euros, que son unos precios que para la taquilla del Principal son casi desconocidos.

“El ego lo puedes guardar en el estuche de la guitarra porque cuando no estás en el escenario, sólo da problemas”. Son palabras de Cabrales en estas mismas páginas antes de su primera actuación en el centenario teatro de la calle San Prudencio. Aquella cita no dejó de ser curiosa. Tanto con Platero como con Fitipaldis, el músico había actuado antes en casi todos los escenarios posibles en la capital alavesa, menos en el Principal. Hoy vuelve al mismo lugar. Once años después, toca su segunda visita.

¿Más relajado?

Después del baño de masas que los Fitipaldis se pegaron en San Mamés el año pasado, esta gira se quiso presentar con una propuesta un tanto diferente, algo más cercano al público. Se trataba de hacer un paréntesis tras años de grandes aforos. Pero quien piense que estas actuaciones están siendo más relajadas, se equivoca. Y el público permanece sentado... hasta que deja de estarlo.

Es verdad que el formato y los lugares donde se está desarrollando, como es el caso del Principal, permiten otro ambiente, pero en las actuaciones vividas hasta ahora, siempre ha ido todo de más a mucho más. No tiene pinta que Vitoria vaya a ser una excepción. Es algo que podrán comprobar las 940 personas que tienen su entrada en la mano, que llevan cinco meses esperando que llegue este sábado. A buen seguro, disfrutarán cada segundo de lo que va ocurrir desde las 20.30 horas.