Puede que la asistencia a las salas comerciales esté todavía renqueante por, entre otras cuestiones, los efectos de la pandemia, pero la trigésimo novena edición de la Semana de Cine Vasco no puede quejarse de la respuesta del público. Ayer se puso en marcha el certamen con el primer lleno gracias al cortometraje N-666, de Imanol Ortiz López y la película Suro, de Mikel Gurrea. No va a ser el único día que ya sabe que la taquilla tiene colgado el cartel de completo.

De hecho, la iniciativa impulsada por Fundación Vital tiene agotados todos sus abonos y no quedan entradas ni para hoy, ni para mañana ni para el sábado. Además, en el caso del viernes las butacas que quedan se pueden contar con los dedos de una mano. No hay duda de que el cine vasco está en su mejor momento también entre los espectadores de la capital alavesa.

Esa magnífica respuesta al programa planteado durante estas jornadas estuvo más que presente ayer por la tarde en Vital Fundazioa Kulturunea (Dendaraba), donde el numeroso público estuvo acompañado por responsables tanto de Fundación Vital como de la Semana, así como de invitados especiales, como el director de cine Imanol Ortiz López, creador de N-666.

El listado de apariciones de relevancia va a seguir hoy con la anunciada presencia en el certamen del actor Telmo Irureta, que hace unos días se hizo con su primer Goya gracias a la película protagonista de este martes, La consagración de la primavera, de Fernando Franco. El intérprete tomará parte en la proyección y conversará con los presentes sobre un filme cuyo protagonismo comparte con Valèria Sorolla y Emma Suárez.

Eso sí, antes de la proyección del largometraje, siguiendo la estructura habitual de la Semana, se compartirá el cortometraje Los días que (nunca) fueron, de Kevin Iglesias y Pedro Rivero, un trabajo producido por la firma alavesa Amania Films. Se trata de un trabajo de animación protagonizado por tres personajes que están a punto de vivir el mejor momento de sus vidas. O tal vez no, claro.