Al margen de los paréntesis obligados por la pandemia, Hell Dorado sigue dando rienda suelta a lo que en su día bautizó como Vermut Sessions, una propuesta para disfrutar de conciertos al mediodía y ya enganchar con lo que pueda venir detrás. De hecho, tanto este fin de semana como el próximo, el espacio de la calle Venta de la Estrella va a compartir esta propuesta, aunque para lo que se vivirá dentro de siete días no queda ya ni un solo hueco libre. Y tampoco sería bueno despistarse con lo que ocurrirá hoy de la mano de Garbayo en lo que a la taquilla se refiere, aunque todavía hay alguna entrada disponible.

Va a ser un día intenso para el músico bilbaíno, porque si al mediodía actúa en la capital alavesa, por la noche le toca dar concierto en su ciudad natal, un maratón al que, sin duda, Ignacio Garbayo va a poder sobrevivir sin problemas. En lo que respecta al particular infierno gasteiztarra, será a las 13.00 horas cuando todo se ponga en marcha. Será el momento de sacar el mantel y poner la mesa para disfrutar como se merece La onda expansiva, última propuesta del creador y su banda publicada en 2021.

Junto a Pit Idoyaga (guitarra), Lander Moya (bajo) y Javi Estrugo (batería), Ignacio Garbayo desplegará su segunda tarjeta de presentación, aunque a buen seguro también se podrá escuchar algo de Sonido forestal, un álbum con el que empezó esta aventura en solitario (más allá de Zodiacs) hace ya unos cinco años.

“Amor demoledor, arrepentimiento, euforia y mucho surrealismo caracterizan La onda expansiva, un trabajo con diez canciones originales, cada una especial a su manera, donde descubrir pista por pista la esencia de este revolucionario músico”, apuntaron desde Oso Polita cuando el sello vasco lanzó esta nueva referencia del intérprete. Es “un álbum que fusiona estilos, instrumentos y voces de diferentes géneros, donde la versatilidad de Garbayo empapa cada tema, con las melodías más pegadizas y bailables compuestas por el artista”.

En palabras del propio músico cuando salió el disco, los efectos de la pandemia también tuvieron mucho que ver con la realización del trabajo. “Me tocó bastante fuerte la idea de amar profunda e incondicionalmente las cosas que hago, a las personas con las que vivo, a mi banda, y a la música”. El resultado de todo ello es un nuevo ramillete de canciones, que serán el fundamento del menú musical que este mediodía se servirá en la mesa de Hell Dorado.