Tras vivir en Amurrio, Vitoria, Bilbao y Barcelona, el actor, director y productor Mikel Bustamante lleva ya unos años asentado en Madrid, aunque regresa a tierras alavesas siempre que el trabajo se lo permite.

¿Algún nuevo papel a la vista?

–Tengo un pequeño entre manos y haciendo pruebas para algo más grande, pero hasta que no esté atado del todo, prefiero no decir. Nunca se sabe lo que puede pasar.

¿Qué opinan de todo lo que está pasando con los Goya su entorno más cercano?

–(Risas) El día de la nominación, todos llorando. Sobre todo están orgullosos de mí y contentos, y que pase lo que pase me apoyarán como siempre han hecho. Eso me han dicho. Y que lo disfrute, sobre todo eso, porque es algo que no le pasa ni a muchos grandes actores.

¿Qué son Amurrio, Murgia y Vitoria para usted?

–Amurrio es mi infancia feliciana, y donde siguen residiendo muchos tíos y primos. Ahora en pleno barrio madrileño de Chueca, con toda la mole de cemento, me he dado cuenta de que echo en falta aquellos fines de semana de visita al aitite y sus vacas. Me pongo nostálgico y huyo a la Sierra a ver un árbol, lo necesito. Murgia, más de lo mismo, allí compraron mis padres la casa de verano, cuando yo tenía 12 años, y ahora se ha convertido en su residencia habitual. Cada vez que vengo sus bosques, montes y ríos me llenan la cabeza de posibles escenarios de películas, que me traen enormes recuerdos. Y Vitoria es donde me he criado, mi adolescencia, mi cuadrilla y mis amigos, el lugar al que me escapo siempre que puedo, aunque menos de lo que me gustaría, sobre todo desde que tengo dos sobrinos que me adoran y yo a ellos. En definitiva, es donde quiero vivir, sin duda, pero todos los contactos de mi profesión están en Madrid y, de momento, es lo que toca. Cuando vives aquí no eres consciente, pero ya solo el ritmo es maravilloso. Allí todo el mundo va corriendo, no sabe para qué, pero corre. Aquí se vive muy bien, hay calidad de vida. Y que conste que en Madrid estoy muy a gusto, porque es una ciudad cosmopolita que te acoge muy bien, pero como decía solo al verme rodeado de asfalto me he dado cuenta de que soy de campo.