Ninguno de los rincones de la Escuela de Artes y Oficios tiene secretos para Carmen Lecanda. Durante muchos años, entre sus aulas ha ido compartiendo su experiencia y conocimientos en torno a la creación, una labor que, eso sí, desde el pasado mes de junio ha dejado aparcada. “Ahora tengo tiempo”, sonríe. Eso sí, a pesar de la jubilación, ahora vuelve al centro.

Lo hace para presentar hasta finales de este mes la exposición Mi proceso creativo, una exposición que recorrer los últimos cuatro años de producción de la autora, lo que se traduce en unos 40 cuadros de distintos formatos. Todos ellos se distribuyen por el paraninfo del centro, un espacio único en la capital alavesa donde sus piezas “pueden respirar como en ningún otro lugar”.

Más allá de que, por supuesto, la muestra está abierta a toda la ciudadanía, no deja de tener la propuesta un componente emocional para Lecanda, no ya por el hecho de que cada cuadro le remite a un momento de su propia biografía vital. La exposición es un broche a compartir con quienes a lo largo de los años han pasado por sus manos con la intención de aprender.

“He crecido con mis alumnos porque ellos y ellas evolucionan, pero tú también”, explica quien durante los últimos 38 años ha compatibilizando creación con formación. Y ninguna de las dos tareas es precisamente sencilla.

Evolución

No está en la muestra toda la producción realizada durante estos últimos cuatro años, pero sí una parte más que representativa. Obras que, como durante toda la trayectoria de Lecanda, toman como base sólida tres conceptos fundamentales para ella: gesto, materia y color.

“Siento que he evolucionado, también con los estudiantes, pero ahora que tengo más tiempo para dedicarme a pintar, creo que todavía irá a más”. No en vano, “me siento más equilibrada”, partiendo de una idea que para quien ha sido profesora es importante: “nunca se termina de aprender y, por supuesto, tampoco en mi caso”. En ello quiere seguir, sobre todo porque “pinto porque me gusta expresarme” y transmitir no deja de ser algo más que una necesidad.

A lo largo de estas semanas de exposición se plantearán diferentes visitas guiadas para quienes quieran profundizar en el recorrido que se establece en el paraninfo de la escuela. “Claro que puede venir cualquier persona, pero a la hora de pensar esta exposición he tenido en mente, sobre todo, a quienes han sido mis alumnos”, con quienes tantas horas, conversaciones, reflexiones y conocimientos ha compartido. “No creas, todavía sigo quedando algunas veces con ellos”, dice con una sonrisa.