Es mucha la historia que ya tiene detrás el formato de Scratxe Gaua. También son muchas las historias que ha visto ensamblarse mientras se mostraban al público bajo su paraguas. Este fin de semana, la sala Baratza vuelve a citarse con esta iniciativa tan especial, siempre abierta a que creadores y compañías puedan compartir con el público sus proyectos en construcción.

Fue en 2009, como una de las primeras acciones que se llevaban a cabo con el impulso del Proyecto Amarika, cuando nació este escenario. Sus primeras entregas, de hecho, se llevaron a cabo en la sala Amárica, convertida durante estas jornadas (una cada año más o menos) en escenario para que autores e intérpretes de las artes escénicas pudieran testar con los espectadores obras, performances, coreografías o híbridos en las que estaban trabajando. De esta forma, se buscaba, por un lado, que los artistas pudieran recoger impresiones y análisis que les pudieran ayudar en el desarrollo futuro de su creación pero también, por otro, que el público pudiera conocer desde dentro cómo nacen estas producciones y tuviera la posibilidad de hablar de manera directa con sus protagonistas.

Ese espíritu se ha mantenido a lo largo de los años, más allá de que haya cambiado la sede de celebración. Por eso entre este sábado y este domingo se lleva a cabo la decimosexta edición de la iniciativa, quedando todavía entradas disponibles para ambas jornadas, pases que se pueden conseguir por 8 euros de manera anticipada y 10 si se espera a retirarlos en taquilla.

La cita, que está organizado por Arroxbola Sormen Kolektiboa y la sala Baratza, arranca este sábado a las 20.00 horas. A partir de ese momento, se irán sucediendo distintas propuestas. Será el caso de la Compañía Analógica (Rocío Tejeda y Olaia Valle), que compartirán con los presentes Lo que pasa mientras, “un proceso creativo que tiene como objetivo principal realizar una investigación tallada, a partir del movimiento, sobre la caída. Con el propósito de crear una pieza viva; una experiencia creativa sostenible, que perdure en el tiempo, que pueda adaptarse a diferentes espacios y ser compartida con diferentes colectivos. A través de este proceso buscamos entregarnos a la caída, al dejarse caer aceptando la nada, al vacío. La idea es crear una pieza que ponga atención en lo pequeño, simplificando la escena, y tratando de crear comunidad, confiando en ella y revalorizando la necesidad del cuidado entre nosotras”.

También Diego Carrasco traerá Ifigenia entre los tauros. “Del mismo modo que Artemisa, Eurípides y la tragedia intentaron salvar a Ifigenia del sacrificio, el ser humano ha intentado salvarse a sí mismo de su propia definición. Y, al no conseguir salvarse, ha acabado promoviendo un ciclo sacrificial de alienación y resignación”, que es sobre lo que gira esta propuesta. Wild, por su parte, será la pieza que traiga Maria Stadlober. Se trata de una producción que une “performance, concierto y poesía. Se mueve, y yo me muevo, y nos movemos, entre el susurro y el grito, con silencio y canto. Quiero tocar piel, y toco fondo, con mi voz”, describe la autora.

Gal Levinson, además, representará Entre ropa, una obra en la que la artista indagará con la ropa y el cuerpo, abriendo un lugar íntimo para encontrar otras relaciones con el mundo de la moda, los objetos, la sexualidad y el erotismo. A ello se unirá la coreografía para ser oída Ensayo de forma, de Izane Oyarzabal. En este caso se ofrece una prueba de una pieza partiendo de la idea de cómo se puede escribir, archivar y está hecha para ser audible.

Ya el domingo, la cita con el público se producirá a partir de las 19.00 horas. En este caso, solo habrá un reclamo. Mikel Tejada estrenará su trabajo El astronauta cojo, un viaje en el que se explora el mundo de las emociones reprimidas y la lucha por sobreponerse a la herencia familiar. El trabajo se ha concebido en una residencia en Baratza a lo largo de 2021.