Les espera un pequeño descanso antes de retomar la gira de su último álbum, Ritual, el próximo marzo. Eso sí, la traca final viene cargada tras la gira realizada hasta hace unos días por varios países americanos. Vitoria este viernes recibe a unos Dorian que en lo que queda se este mes pasarán por Donostia, Madrid y Barcelona. El de la capital alavesa, donde todavía queda alguna entrada, va a ser el único concierto en una sala al uso, Jimmy Jazz.
Desde su última visita ha pasado una pandemia. ¿Ya se va normalizando todo o las consecuencias en el sector musical todavía se están digiriendo?
El mercado musical se está resituando. Ha habido mucha saturación este año y eso se tiene que normalizar. En realidad, este 2022 ha sido como si descorchásemos una botella de cava y saliese toda la espuma que estaba concentrada. No solo está siendo un año de resituación en España, sino también en el extranjero. El público se está readaptando a las costumbres que tenía antes y escogiendo muy bien qué artistas quiere ver. Pero, en el mismo plano, está siendo un 2022 de tremendas alegrías. Ni nosotros ni otros compañeros de profesión habíamos visto antes de la pandemia al público tan contento y feliz en los conciertos. El sentimiento y las ganas de vivir que se están sintiendo en las salas y los festivales están siendo inolvidables. Nosotros tuvimos la suerte de poder actuar en Estados Unidos cuando allí ya no había restricciones en los conciertos, mientras aquí todavía seguían. Aquello nos sirvió para quitarnos un poco el mono. Pero bueno, creo que desde el pasado mes de junio, todo ha empezado a normalizarse. Es verdad que ha costado un poco que la gente vuelva a los conciertos sin miedo, pero creo que llevamos unos meses muy bonitos en este sentido. Tenemos ganas de dejar atrás todas estas sensaciones tan duras que nos ha dejado este trauma social. Queremos seguir haciendo y enseñando música.
Vienen a Vitoria casi con la maleta sin deshacer de su última gira por Latinoamérica.
Han sido tres semanas tocando en Argentina, Chile, Colombia, Perú y México. Es la primera vez que hemos podido hacer una gira de tantos países seguidos y eso nos tiene muy felices porque ya habíamos estado en cada uno de esos países pero no de una tacada.
Es un público muy intenso.
Siempre notas mucha felicidad entre la gente. Y sí, es muy público muy desatado (risas). Incluso te diría que esta vez, todavía más.
Después de casi 20 años en esto, ¿dónde se encuentra la chispa para afrontar un nuevo reto como ‘Ritual’ y seguir sorprendiéndose, primero, a uno mismo y meterse de nuevo en la furgoneta para otra gira más?
Ritual es justamente un álbum de apertura, de movimiento, de ir hacia delante. Es un disco que marca posiblemente un nuevo comienzo en la trayectoria de Dorian en cuanto a lo que es la incorporación de sonoridades de diferentes partes del mundo que se suman al discurso de pop electrónico de la banda. ¿Cómo hemos logrado avanzar, evolucionar y salir de nuestra zona de confort? Yo te diría que la clave para que una banda evolucione está en mantenerse muy apegada a la calle, en no aburguesarse, y estar con los oídos y el corazón en lo que sucede fuera. Hay que estar en contacto con la gente más joven y no pensar que ya lo sabes todo. Tienes que ser consciente de lo mucho que te queda por aprender, tanto de los más mayores que tú como de los más jóvenes. Y debes tener ganas de experimentar con la música y de dejarte sorprender jugando con la música. En Dorian nunca hemos hecho álbumes acomodados, no hemos tirado de piloto automático. El día que lo hagamos, se acabará el grupo. Creo que nuestro público tiene un espíritu crítico y un concepto alto de la banda. Y por eso exige también evolución, garra en las letras y fuerza. E intentamos dárselo en cada disco. Así que hay que mantenerse muy cercano al pulso de la calle; y además, es importante la humildad, tener el corazón y la mente predispuestas a aprender. Y en cuanto a lo que comentabas de la furgoneta, la clave para la longevidad de una banda está en seguir admirando a tus compañeros y el respeto mutuo. Igual que en cualquier familia.
Después de 18 años, hay una marca Dorian pero también un listón, una exigencia. Cuando se publica un disco como ‘Ritual’, ¿ya no hay dudas o uno se pregunta: y si no funciona...?
No dudamos de que lo que hemos publicado en cada tramo de nuestra trayectoria es lo que hemos tenido en mente en cada momento. Cuando no tienes miedo, te tiras a la piscina, pruebas cosas diferentes. En Ritual, por ejemplo, tenemos pop electrónico e indie, pero también rap, chacarera, sonidos afrocaribeños, dream pop... Hay muchos elementos en este álbum porque es lo que nosotros queríamos explicar. Cuando te salen las canciones de forma orgánica y libre, lo más normal es que el público conecte con ellas. La gente tiene una especie de sexto sentido para estas cosas y generalmente funciona. Yo no podría admirar a un grupo que me está ofreciendo todo el rato el mismo disco. E intento que nuestros seguidores reciban el mismo trato, esas ganas de mostrar que Dorian es un grupo vivo con la inquietud de seguir avanzando creativamente.
Vitoria, Donostia, Madrid y Barcelona. ¿Luego a descansar?
Llevamos sin parar ni una sola semana desde mayo y necesitamos parar un poco. También para hacer algunas cosas nuevas. Pero a Ritual le queda todavía mucha vida y retomaremos la gira en marzo con fechas tanto en España como en América Latina.
Aquí es en una sala de conciertos, en San Sebastián un teatro, y en las otras dos ciudades dos estadios de grandes dimensiones. ¿Los conciertos son los mismos porque la música es la que es, o el lugar hace cambiar la propuesta?
En los cuatro, vamos con un repertorio que se basa mucho en los últimos cuatro discos de la banda: Ritual, Justicia universal, La velocidad del vacío y La ciudad subterránea. Es un menú completo y muy parecido en las cuatro actuaciones. Es un menú que contiene desde pasajes electrónicos y de baile, hasta pasajes más rockeros, pasando por pasajes más íntimos, medios tiempos y momentos acústicos. Vamos a tener la faceta más abierta y enriquecida del repertorio del grupo. Van a ser conciertos muy parecidos en este sentido, de más o menos una hora y 45 minutos. Son nuestros conciertos para nuestros fans, independientemente de si es en sala, teatro o gran estadio.