Si la Concha de Oro se entregase por aplausómetro, La maternal sería la indiscutible ganadora de esta edición. Tanto los pases de este martes de la película como la rueda de prensa de presentación del filme han sido un clamor de ovaciones y vítores hacia el segundo largometraje de la directora aragonesa Pilar Palomero. Tras conquistar el Goya con el viaje hacia la adolescencia de una joven en los 90 en Las niñas, la cineasta vuelve a tomar el pulso de forma casi documental a la adolescencia con, esta vez, el embarazo de varias menores y su estancia en un centro social.

La propia autora ha contado que la propuesta del tema se la hizo la productora Valerie Delpierre mientras rodaba su primera película. “Al no ser una experiencia cercana a mí, quise hacerlo con el máximo respeto posible. No obstante, el momento fundamental fue conocer a estas chicas. Ahí supe que quería hacerla”, ha confesado la directora, que conoció al máximo posible de jóvenes que habían pasado por un lugar como este antes de ponerse a escribir el guion: “Hubo una fascinación. Son historias que me han transformado. Sus experiencias son el motivo por el que lo he hecho”.

Las mismas protagonistas de estos relatos son las encargadas de dar vida a las adolescentes embarazadas que conviven en un centro para madres menores de edad de Barcelona al que llega Carla, una niña de 14 años que espera su primer hijo, y a la que da vida de forma magnífica la debutante Carla Quílez. “He podido conocer a estas chicas como amigas y compañeras y luego descubrir sus historias. Aunque fue muy duro, te hacen entenderlas más y la verdad es que son unas mujeres maravillosas”, ha apuntado la jovencísima actriz, que entró en la película tras un casting.

Con esta combinación de realidad y ficción, llega un momento en el filme en el que el espectador desconoce si lo que está viendo es un documental o no, lo que puede jugar en su contra, ya que, aunque no se duda de que ninguna de estas historias tengan un interés social y dramático, deja muy poco espacio a un cine que le haga alejarse de un simple reportaje televisivo. “No tengo respuestas, solo reflexiones y preguntas. El cine que se aleja de la épica es el que me interesa como directora”, es lo poco que ha señalado al respecto la creadora.

Las protagonistas del filme –Sheila Baños, Jamila Bengharda, Estel Collado y Claudia Medina– han alabado, por su parte, la importancia de esta película para que “muchas chicas no se escondan y digan a sus padres que están embarazadas”. “Ser madre joven no es arruinarse la vida. Estamos muy orgullosas de lo que hemos vivido”, han proclamado.

“Todos empatizamos con sus experiencias y el equipo entero acabó emocionado. Algunas lágrimas cayeron, pero también hubo muchas risas”, ha afirmado la directora sobre el rodaje, añadiendo que, aunque “es un tópico decirlo”, por momentos como cuando las jóvenes relatan sus historias en la película es por lo que ha querido siempre hacer cine.