e llama Huyendo del magma y ya tiene dueño. A principios del pasado mes de abril, el artista vitoriano Ignacio Gonzalo se sumó al proyecto de la ONG LAVALIENTES para llevar a cabo subastas solidarias con el objetivo de seguir recaudando fondos para los afectados por la erupción volcánica en La Palma. Una puja que, en el caso de esta escultura, ya está terminada y que se traduce en 3.000 euros que van a servir para esta apoyar esta noble causa.
La pieza, que a principios de año se pudo ver en una exposición colectiva en la Escuela de Artes y Oficios de la capital alavesa, se subastó en la plataforma eBay y la escultura fue adjudicada en un precio final de 3.000 euros a una persona residente precisamente en La Palma. La obra ya ha sido enviada a la isla, eso sí, vía marítima porque los portes a través del transporte aéreo eran excesivos. En todo caso, su nuevo propietario la tiene en su poder. Al parecer es el dueño de una red de supermercados y tiene la intención de exponerla al publico en algún edificio de su propiedad y colocar una placa conmemorativa.
La pieza es una silla que huye del magma y que está inspirada en la erupción del Volcán de Cumbre Vieja. Su creador comentaba cuando se inició la subasta que “la inspiración de esta obra se produce ante el intenso dolor de intentar imaginar lo que supone el que un fenómeno natural acabe destruyendo tu casa, tu plantación, tu pueblo, en una palabra todos tus medios de vida, que en un momento quedan sepultados bajo la lava y, ¿ahora que?. En la obra intenté plasmar el horror de esos días, ante una destrucción implacable e imparable”.
La obra está realizada con madera de pino, arena y pintura acrílica. En palabras del autor alavés, “me di cuenta del ingente esfuerzo que supone la reconstrucción de la zona afectada, hace falta todo tipo de medios técnicos y económicos para lograrlo, seguro que toda ayuda no será suficiente y yo por mi parte modestamente también quiero colaborar en ello. Me gustaría que la intención de mi obra fuese comprendida y despertara la generosidad”. Dicho y hecho.
Se pone así final a un camino que empezó a principios de este curso en Artes y Oficios, cuando se propuso a varios talleres del centro trabajar en torno al concepto de silla. Durante el otoño y parte del invierno, muchos alumnos trabajaron en la propuesta, realizando piezas personales. Entre ellos estuvo Gonzalo, que ideó una silla que corría para ponerse a salvo, ante la llegada de la lava a su casa.
La pieza gustó en general al profesorado y alumnado de la escuela y el autor animado sobre todo por sus compañeros de escultura, acarició la idea de intentar subastarla y que la cantidad que se pudiera obtener se dedicara a los damnificados por el volcán. Ahora, ese camino se completa con la venta por unos 3.000 euros que vienen a sumarse a otros esfuerzos similares.