- Como en muchos otros espacios donde formación, creación y cultura se dan la mano, estas semanas siempre son intensas en la Escuela de Artes y Oficios. Hay que empezar a mirar al próximo curso, uno que es de esperar que sea muy especial. No ya porque el centro estará a un paso de su 250 aniversario, sino porque es de esperar que sea el primero que, al completo, se pueda vivir sin restricciones derivadas de la situación sanitaria. Será el mejor de los indicativos de que el contexto general es propicio, pero también ayudará a recuperar la normalidad e incluso ir más allá dentro de propuestas como su programa expositivo, una agenda que, eso sí, se ha podido mantener a lo largo de muchos meses, adaptando su participación y difusión a las circunstancias de cada momento.

Ahora que se afronta el final del calendario del curso 2021-2022, también la programación de las muestras que desde el ejercicio anterior está protagonizando en exclusiva el alumnado de Artes y Oficios suma dos nuevos reclamos. No van a ser los últimos antes del periodo vacacional, eso sí. La escultura será la que marque esa despedida temporal. Ahora es la pintura la que reclama el protagonismo con Panoramas e Inspirar al azar.

En este último caso, se presentan cuadros de Lola Hernández Orue, Pilar López Ortega, José Ignacio Domínguez Amescua y Coro Manso, obras que toman como punto de partida la técnica de la decalcomanía, utilizada en su momento por el surrealismo. "Buscábamos desmantelar lo figurativo y abrir la mente", explica Mila Bretón, profesora responsable de este proyecto. La mancha y el juego con ella, partiendo de la premisa de que no todo vale, se encuentran en la base de una producción que ha sido para sus autores todo un reto.

De la misma forma que el artista aprende a mirar e interpretar la realidad de otras maneras, aquí al público, más allá del proceso llevado a cabo para hacer dar fondo y forma a cada cuadro, se le invita también a observar desde otros lugares, no tanto físicos como anímicos y emocionales. El resultado, como explican sus autores, "merece la pena" y espera ya a los visitantes de la escuela -a la que se puede acceder sin problemas desde el final de las restricciones- y a su alumnado.

En el segundo espacio expositivo de Artes y Oficios se encuentra Panoramas, muestra colectiva en la que han tomado parte 18 personas pertenecientes al taller de paisaje. Dos lugares cercanos y una playa nada lejana sirven como punto de partida para una propuesta que tiene dos propósitos. Por un lado, el que tiene que ver con el público, con quien observa, ante el que se presentan tres partes a modo de gran foto panorámica, esas que tan de moda se han puesto de unos años a esta parte por el uso de las cámaras de los móviles. Solo que aquí, partiendo del mismo sitio, las visiones, las perspectivas, las miradas no son, por fortuna, uniformes.

Por otro, se busca, más de puertas hacia dentro, que el alumnado trabaje a pie de campo, que vaya al sitio que quiere que sirva como punto de partida de su obra, como describe Ane Gegundez, profesora responsable del proyecto. "Es interesante estar, bocetar, tomar apuntes, vivir el lugar" que, en este caso, se usa como referencia. El resultado, esta vez, se plasma en una serie de acuarelas de pequeño formato. l